domingo, 23 de enero de 2022

Coleccionar-2


ELECCION DEL TEMA- 2


Huevera nº 1 de la colección

A veces no tenemos muy claro por qué nos inclinamos a coleccionar algo determinado, pues, evidentemente, hay cosas que despiertan nuestra curiosidad e interés y otras no.  Parece lógico recomendar al futuro coleccionista que, antes de empezar, estudie un poco las posibilidades que va a tener si se pone a coleccionar algo especial, por ejemplo, si le va a resultar fácil encontrar nuevas piezas; si su adquisición resultará onerosa para sus posibilidades económicas; con qué espacio cuenta para darle cabida, etc. Si después de hacer ese examen decide seguir con lo que había pensado, resulte o no recomendado, esa es la señal de que ha elegido bien, de que esa es la colección que tiene que hacer, pues no le importan los inconvenientes.

Yo no me paré a sopesar nada, así es que no soy un buen ejemplo. Digamos que llegué a las hueveras por casualidad.

En uno de los viajes que hice para visitar a mis padres, después de casada, le dije a mi madre que me iba a  llevar una de las cuatro hueveras iguales que tenía en una vitrina. 

- ¿Es que no hay hueveras en Barcelona? ¿no te puedes comprar una allí? - me dijo ella, más bien fastidiada.

- Es que me gustan estas - y entonces recibí una inspiración, una justificación para ablandar a mi madre. - Voy a empezar una colección - le solté.

La verdad es que nunca hasta ese momento había prestado la menor atención a ninguna huevera. Pero desde que me percaté de su existencia, justo aquél día, fue un flechazo y supe que, a partir de ese momento, ya no las podría ignorar.

Huevera nº 1. Comprada en Montserrat

Así fue como empecé la colección, con la de la vitrina de mis padres, que fue la número 1. Y cuando se lo dije a mi suegra, que me hacía más caso del que me merecía,  me regaló la número 2, que compró de recuerdo en  una visita al Monasterio de Montserrat. Y la número 3 fue otra que le volví a saquear a mi madre, y era de Arcopal, hecha en Francia y comprada en Andorra. Y así sucesivamente, ¡la colección estaba en marcha!

Huevera nº 3. Arcopal. Margarita.

La imaginación de la gente no tiene límites, y repasando algunas de las colecciones que he tenido oportunidad de presentar en este blog PROCOLECCIONISMO, encontramos cosas tan dispares como:

- colección de fotografías encontradas en la basura

- de anillas de paloma mensajera

- cuchillas de afeitar

- etiquetas de queso fundido

- billetes de Banco de África Occidental

- cactus y crasas

- letras de tango

- Exlibris

- cofias de enfermera

Sólo por citar algunas. Y de todas ellas se puede aprender y disfrutar, porque por pequeño e insignificante que sea el objeto elegido para nuestra colección, cada uno lleva una historia detrás, nos habla de una sociedad, de una época, de una técnica, etc.


 



 

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