Dos, tres, cuatro, cinco o más..
En PROCOLECCIONISMO ya hemos presentado a una coleccionista de marcapáginas y, como no queremos repetir ningún tema, hoy queremos presentaros a Contxi y Miquel, coleccionistas de marcapáginas, pero que nos van a mostrar solamente marcapáginas que forman puzzles. Pero primero, vamos a conocer a nuestros coleccionistas.
Contxi y Miquel son una pareja muy amable que vive en Ripoll. Un día, allá por el año 2007, decidieron empezar juntos la colección de marcapáginas y unos ocho años más tarde, ya han alcanzado la cifra de 80.000 ejemplares. Empezaron guardando todo lo que caía en sus manos, pero pronto se dieron cuenta que había que poner límites porque ese campo es un mundo interminable. Así decidido, lo que hacen ahora es seleccionar editoriales, dedicándose preferentemente a las colecciones "culturales". También coleccionan marcapáginas conmemorativos de los encuentros de coleccionistas, turismo y, por supuesto, todos los que ellos editan desde Associació MC col.leccion, además de los puzzles formados por marcapáginas, de los que ahora hablaremos.
Lo de editar sus propios marcapáginas fue una experiencia con la que empezaron en otra asociación en la que colaboraban. Fue entonces cuando les entró el gusanillo de editar y ahora siguen haciéndolo con ilusión, lo que es una buena manera de mantenerse en activo.
El marcapáginas tal y como ahora se conoce, tiene su origen en el siglo XIX. Anteriormente, para marcar la página de lectura, los libros solían presentarse con una cinta de seda unida al tomo, que sobresalía unos dos centímetros de la longitud del mismo, lo que permitía encontrarla con facilidad permitiendo abrir el libro por la página señalada.
Fue con la aparición de ediciones de bajo precio que se optó por suprimir este accesorio. El encontrar el modo de llegar a la página donde se ha suspendido la lectura, depende del ingenio de los lectores, que no siempre se han mostrado muy acertados. A veces se han inclinado por doblar las esquinas de las hojas, otras por dejar los libros abiertos, o poner entre las páginas algo que hace bulto... ¡con lo fácil, bonito y económico que es utilizar un marcapáginas para saber dónde nos hemos quedado!
Fue con la aparición de ediciones de bajo precio que se optó por suprimir este accesorio. El encontrar el modo de llegar a la página donde se ha suspendido la lectura, depende del ingenio de los lectores, que no siempre se han mostrado muy acertados. A veces se han inclinado por doblar las esquinas de las hojas, otras por dejar los libros abiertos, o poner entre las páginas algo que hace bulto... ¡con lo fácil, bonito y económico que es utilizar un marcapáginas para saber dónde nos hemos quedado!
Los primeros marcapáginas que se hicieron, más del estilo de los que conocemos actualmente, estaban hechos en pergamino, cuero, papel, y solían estar personalizados, pero pronto aparecieron los confeccionados en cartulina, más baratos y que permitían incorporar anuncios de artículos diferentes. También se ha utilizado esa superficie de los puntos de libro, para lanzar mensajes de diferente contenido a todo tipo de lectores, ya sean proclamas patrióticas, mensajes religiosos, etc.
Por lo que se refiere a los marcapáginas que forman puzzles hay que saber que se vienen haciendo desde antaño. Como todos sabéis, se trata de componer una imagen a partir de fragmentos de esa imagen contenidos en distintos marcapáginas. Los hay de diferente número de piezas, desde aquellos que se resuelven uniendo dos puntos de libro, hasta los que se necesitan varios de ellos, 3, 4, 5, 6... En la actualidad gozan de gran popularidad y se encuentran fácilmente, de hecho lo coleccionistas ya miran el reverso y anverso del marcapáginas para ver si forma parte de un puzzle, algo que antes no era frecuente, sino más bien excepcional.
Conxi y Miquel nos hablan del más antiguo que ellos tienen. Se trata de uno que les tocó en un sorteo que se suele hacer durante la comida de los encuentros de coleccionistas (propaganda de la lotería nacional francesa) aunque no recuerdan exactamente de qué año es.
La Asociación en la que colaboran, es una asociación sin ánimo de lucro, que tiene como objetivo, entre otras cosas (viajes culturales, exposiciones y encuentros de coleccionismo), en resumen, expandir la cultura aunque sólo sea por medio de marcapáginas.
Los últimos ejemplares que han hecho pertenecen a la colección titulada COL.LECCIÓ D'ART, dedicada al Dibujo, Pintura y Escultura. Presenta en doce meses a doce artistas, con un puzzle mensual de 5 marcapáginas, para lo que han colaborado artistas aficionados, amateurs y profesionales de la Comarca del Ripollés.
También hicieron una colección sobre el Patrimonio Modernista de Ripoll; sobre el conjunto románico del Valle de Bohí, Patrimonio Mundial de la Humanidad; sobre el románico del Valle de Arán; la Portalada del Monasterio de Ripoll, promocionándola para que se incluya como Patrimonio de la Humanidad; una colección de carteles de películas; otra sobre dibujos en pirogabado de El Quijote; una colección sobre la vida "Mártires Claretianos de Barbastro", etc.
Os recomendamos que no os perdáis su blog, el de Contxi y Miquel, que os mostraran sus bonitos marcapáginas, y donde podréis encontrar mucha información sobre coleccionismo y también, el espíritu de compañerismo y colaboración que caracteriza a los buenos coleccionistas como ellos.