Protegen del sol, del viento y de la lluvia,
y lucen enormemente
Miguel Angel Fraile Maldonado, nacido en Ciudad Rodrigo, que vive ahora en Laguna de Duero, es un gran aficionado al mundo del ciclismo. Ya tuvimos ocasión de admirar en Procoleccionismo su colección de maillots de ciclismo y, en este comentario, nos referiremos a su colección de gorras dedicadas a ese deporte. Nos cuenta Miguel Angel que empezó con esta colección hace ya bastantes años y, uno de los motivos que le decidieron a hacerla, fue porque era una buena manera de recordar a los distintos equipos ciclistas con los que había tenido alguna vinculación. En la actualidad tiene más de 200 piezas y, para conseguirlas, prácticamente no ha tenido que comprar ninguna, porque son regalos de personas relacionadas con el ciclismo. Este tipo de gorras empezaron a usarse en Europa a principios del siglo XIX. Recordemos que se le da el nombre de gorra a la prenda de vestir que cubre la cabeza y que se caracteriza por presentar simplemente una corona, que es la estructura curva adaptada al cráneo, pero no lleva alas alrededor. Las gorras pueden llevar o no llevar visera, dependiendo del uso que se les va a dar. Al principio las gorras se adaptaron al uniforme de trabajo de algunos profesionales no muy cualificados y también pasaron a formar parte de la indumentaria de obreros industriales. Eran las clásicas gorras de tejido con un botón central. Entre las personalidades que las adoptaron, que fueron muchas tanto reales como de ficción, recordemos al célebre detective Scherlock Holmes, que hizo famosa su gorra de tweed con visera, aunque en su caso también llevaba una pieza por detrás para cubrir la nuca. Posteriormente, las gorras pasaron a ser usadas en muchas disciplinas deportivas porque resultan muy útiles para protegerse del sol, de la lluvia o incluso del viento, al mismo tiempo que impiden que los cabellos se muevan y molesten mientras se hace ejercicio. Se han fabricado en diferentes tipo de tejido, en cuero o en material sintético. Entre los deportes que más la han adoptado, podemos mencionar el béisbol, el tenis, el crocket, automovilismo, deportes náuticos, etc. Para los ciclistas la gorra ha sido una pieza de su indumentaria casi imprescindible, aunque muchas veces se la ponían al revés, es decir, con la visera hacia atrás, con el fin de proteger su nuca del sol. Algunos ciclistas también las consideran muy útiles para evitar que el sudor caiga por la frente.
Durante muchos años, hasta que fue obligatorio el uso del casco, los ciclistas las lucían en las competiciones ciclistas, pero ahora se ha reducido su utilización solamente al momento en que los ganadores suben al podium o cuando ya han terminado la carrera. Y en estas ocasiones, más que a un fin práctico para el ciclista, su objetivo es el de lucir la publicidad del equipo al que pertenecen. En realidad, todos estos aspectos relacionados con la publicidad suelen estar muy reglamentados en todos los países y, habitualmente, en la gorra se permiten cuatro inscripciones, una en cada lateral, otra delante y la cuarta detrás. Y, también llevan una quinta sobre la visera. Allí es donde suelen lucirse los nombres de las empresas patrocinadoras, sus logos, etc.
Recordemos que la UCL estableció la obligatoriedad del uso del casco en las competiciones ciclistas el 5 de Mayo de 2003. El Tour de Francia de ese año fue el primero en tener que respetar dicha norma, aunque al principio los corredores se los quitaban en las ascensiones. Fue en el 2005 cuando se les obligó a llevarlo durante toda la carrera. En España, en el año 2004, se fijó que tenían que utilizarlo todos los usuarios que circularan por vías interubanas.
Con todas estas disposiciones podría parecer que las gorras de ciclismo (casquettes en francés) tienen ya los días contados, pero la verdad es que gozan de muy buena salud, porque es una prenda atractiva, que cuesta poco dinero y da un toque de informalidad a cualquier atuendo, lo que gusta a todos. Cuando los deportistas de competición no pueden usarlas por motivos de seguridad, siempre está el público que acude a las manifestaciones deportivas quienes las llevan.
Miguel Angel de momento las guarda en su casa, aunque le encantaría poder exhibirlas en algún lugar. De momento, todos las podemos disfrutar en su web donde además de ver los maillots y gorras de la colección, podemos ver en qué competiciones ha participado, qué bicicletas ha utilizado, los viajes por Europa que ha hecho con sus bicis y muchas cosas más.
Miguel Angel de momento las guarda en su casa, aunque le encantaría poder exhibirlas en algún lugar. De momento, todos las podemos disfrutar en su web donde además de ver los maillots y gorras de la colección, podemos ver en qué competiciones ha participado, qué bicicletas ha utilizado, los viajes por Europa que ha hecho con sus bicis y muchas cosas más.