lunes, 21 de diciembre de 2015
lunes, 14 de diciembre de 2015
Una colección de Walkman
Música al oído,
una banda sonora personal
Hugo disfrutó mucho de los walkman durante aquellos años que estuvieron de moda y no había joven que se preciara, que no estuviera continuamente conectado a su música preferida. La gente que les observaba, tenía la sensación de que estaban "enchufados" a aquellos hilos sin poder separarse y que los auriculares se habían convertido en una conexión vital. No es de extrañar que esta vinculación tan estrecha que existía entre el walkman y su dueño, haya convertido a estos aparatos en algo muy evocador para sus usuarios, y esta es una de las razones por las que Hugo ha decidido coleccionarlos. Al fin y al cabo, estos artilugios fueron sus compañeros en muchas de las experiencias vividas en sus años jóvenes, no tan lejanos, por cierto.
Otro de los motivos que le han movido a interesarse por estos aparatos, es el hecho de que muchos de ellos ofrecen una sonoridad óptima, algo que llama la atención en un aparato tan diminuto y sencillo.
Y, aún hay otra buena razón de esta pasión por el walkman y es que, hay que admitirlo "¡molan mucho!"... ¿Por qué molan tanto? pues el coleccionista nos ha puesto un buen ejemplo para explicarlo.
Sí que es verdad, nos cuenta Hugo, que los actuales relojes digitales son más precisos que los antiguos de agujas, ofrecen muchas más prestaciones, son más resistentes a las variaciones climáticas, etc. etc. pero cuando se piensa o se observa el mecanismo delicado e ingenioso de los relojes analógicos, no se puede dejar de admirarlos, porque para que funcionen se requiere mucha técnica, precisión, el saber hacer del creador, además de mostrar paso a paso, con cada aparato, la evolución que se ha experimentado. Todo eso se valora, porque, obviamente, no es lo mismo colocar un par de chips (ó 20) para que funcionen. Pues algo similar pasa con los walkman.
Y, aún hay otra buena razón de esta pasión por el walkman y es que, hay que admitirlo "¡molan mucho!"... ¿Por qué molan tanto? pues el coleccionista nos ha puesto un buen ejemplo para explicarlo.
Sí que es verdad, nos cuenta Hugo, que los actuales relojes digitales son más precisos que los antiguos de agujas, ofrecen muchas más prestaciones, son más resistentes a las variaciones climáticas, etc. etc. pero cuando se piensa o se observa el mecanismo delicado e ingenioso de los relojes analógicos, no se puede dejar de admirarlos, porque para que funcionen se requiere mucha técnica, precisión, el saber hacer del creador, además de mostrar paso a paso, con cada aparato, la evolución que se ha experimentado. Todo eso se valora, porque, obviamente, no es lo mismo colocar un par de chips (ó 20) para que funcionen. Pues algo similar pasa con los walkman.
Hugo empezó a coleccionar walkman ya en 2010 cuando descubrió por internet ofertas muy buenas de sus añorados aparatos, y fue en esa época cuando se lanzó a comprar todo lo que veía. Ahora, se ha vuelto mucho más selectivo y compra poco, porque considera que ya tiene una buena representación de lo más significativo de la producción.
Por cierto, todavía no hemos explicado qué es exactamente el objeto de la colección. El walkman es un reproductor de sonido mediante auriculares, que funcionan con pilas. El primer modelo comercial de la historia se puso en venta en mayo de 1979, y fue el SONY TPS-L2.
Pero, como siempre suele ocurrir, hay divergencias en la atribución de la invención del walkman. Parece evidente que fue Andreas Pavel quien inventó y patentó a principios de los 70 un reproductor de cassette portátil, y cuando Sony se autoproclamó inventora del aparato, Pavel la demandó. Después de muchos años de litigio, Sony tuvo que admitir públicamente que el invento no era suyo y tuvo que indemnizar a Andreas Pavel.
Estos conflictos han hecho que actualmente se discuta cuál tiene que considerarse el primer ejemplar. Hay quien opina que fue el Stereobelt, otros dicen que el Astraltune y los hay que se decantan por el de Sony. Hugo tiene la suerte de contar en su colección con un ejemplar Sony y otro Astraltune prácticamente nuevos y funcionales. El Astraltune se fabricó a mediados de los 70 casi exclusivamente para ser utilizado en las pistas de esquí de Reno, en Nevada.
Por cierto, el término Walkman se ha mantenido casi exclusivamente para los reproductores de cassettes aunque aquí en España (en otros países no ocurre) se le apostilla otro término cuando se hace referencia a otro tipo de reproductor. Por ejemplo, walkman mp3 o walkman de CD, pero en general, cuando se usa sólo el nombre walkman se entiende que se refiere a los de cassette.
Al ser el walkman un artículo relativamente reciente, con menos de un siglo de antigüedad, puede pensarse que es fácil conseguir una colección completa, pero hay algunos modelos, no necesariamente los más antiguos, que son muy difíciles de conseguir porque son raros o solo se comercializaron en Japón o en USA.
Otro problema para los coleccionistas es que hay bastante escasez de ejemplares, pues cuando aparecieron los reproductores mp3 la gente no dudó ni un momento en lanzar a la basura sus viejos walkman y, había tantos, que nadie se planteó que pudieran desaparecer casi totalmente. Y es que los avances tecnológicos progresan con tanta velocidad, que no sería de extrañar que dentro de unos años fuera imposible encontrar un Walkman, una televisión de tubo, uno de los primeros mp3 o un discman.
Desde luego, este artículo no es el más apto para poder intercambiar entre coleccionistas, así es que, prácticamente, siempre hay que comprarlos, a no ser que te los regalen.
A la hora de adquirir nuevas piezas, nuestro coleccionista tiene claro lo que busca. Le interesan aquellos ejemplares que fueron los primeros en incorporar alguna tecnología novedosa. También, los que destacan por su diseño diferente; los que tienen una calidad de fabricación o de sonido fuera de serie; los que fueron lanzados en ediciones limitadas y algunos muy curiosos que se comercializaron sólo en Japón. Además, también intenta reunir series enteras (en diferentes colores) de algunos modelos especialmente importantes.
Si queréis conocer mejor esta colección, os recomendamos que visitéis su excelente web, Walkman Archive, donde podréis saber todo sobre este gran, aunque pequeño, aparato.
Por cierto, todavía no hemos explicado qué es exactamente el objeto de la colección. El walkman es un reproductor de sonido mediante auriculares, que funcionan con pilas. El primer modelo comercial de la historia se puso en venta en mayo de 1979, y fue el SONY TPS-L2.
Pero, como siempre suele ocurrir, hay divergencias en la atribución de la invención del walkman. Parece evidente que fue Andreas Pavel quien inventó y patentó a principios de los 70 un reproductor de cassette portátil, y cuando Sony se autoproclamó inventora del aparato, Pavel la demandó. Después de muchos años de litigio, Sony tuvo que admitir públicamente que el invento no era suyo y tuvo que indemnizar a Andreas Pavel.
Estos conflictos han hecho que actualmente se discuta cuál tiene que considerarse el primer ejemplar. Hay quien opina que fue el Stereobelt, otros dicen que el Astraltune y los hay que se decantan por el de Sony. Hugo tiene la suerte de contar en su colección con un ejemplar Sony y otro Astraltune prácticamente nuevos y funcionales. El Astraltune se fabricó a mediados de los 70 casi exclusivamente para ser utilizado en las pistas de esquí de Reno, en Nevada.
Por cierto, el término Walkman se ha mantenido casi exclusivamente para los reproductores de cassettes aunque aquí en España (en otros países no ocurre) se le apostilla otro término cuando se hace referencia a otro tipo de reproductor. Por ejemplo, walkman mp3 o walkman de CD, pero en general, cuando se usa sólo el nombre walkman se entiende que se refiere a los de cassette.
Al ser el walkman un artículo relativamente reciente, con menos de un siglo de antigüedad, puede pensarse que es fácil conseguir una colección completa, pero hay algunos modelos, no necesariamente los más antiguos, que son muy difíciles de conseguir porque son raros o solo se comercializaron en Japón o en USA.
Otro problema para los coleccionistas es que hay bastante escasez de ejemplares, pues cuando aparecieron los reproductores mp3 la gente no dudó ni un momento en lanzar a la basura sus viejos walkman y, había tantos, que nadie se planteó que pudieran desaparecer casi totalmente. Y es que los avances tecnológicos progresan con tanta velocidad, que no sería de extrañar que dentro de unos años fuera imposible encontrar un Walkman, una televisión de tubo, uno de los primeros mp3 o un discman.
Desde luego, este artículo no es el más apto para poder intercambiar entre coleccionistas, así es que, prácticamente, siempre hay que comprarlos, a no ser que te los regalen.
A la hora de adquirir nuevas piezas, nuestro coleccionista tiene claro lo que busca. Le interesan aquellos ejemplares que fueron los primeros en incorporar alguna tecnología novedosa. También, los que destacan por su diseño diferente; los que tienen una calidad de fabricación o de sonido fuera de serie; los que fueron lanzados en ediciones limitadas y algunos muy curiosos que se comercializaron sólo en Japón. Además, también intenta reunir series enteras (en diferentes colores) de algunos modelos especialmente importantes.
Si queréis conocer mejor esta colección, os recomendamos que visitéis su excelente web, Walkman Archive, donde podréis saber todo sobre este gran, aunque pequeño, aparato.
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