El divertido Caballerode la
Triste FiguraJuan Augusto Fernández Valle es, además de historiador y escritor, un coleccionista peruano interesado en muchas cosas. Entre las piezas (por no decir objetos) a las que dedica su atención se encuentra: una colección de juguetes de hojalata, Numismática del Perú, artesania peruana, la serie televisiva japonesa SANKUOKAI (sobre la que tiene un blog) y la colección que os vamos a presentar ahora, relacionada con Don Quijote de la Mancha y su creador, Miguel de Cervantes. Encontraréis noticias sobre algunas de sus numerosas actividades visitando su blog titulado el "Museo de Juanito". Excepcionalmente, para introducir el tema de la colección no tenemos que intentar "definir" ni explicar nada sobre el sujeto de la misma, pues todo el mundo (casi sin exagerar) sabe quién es Don Quijote. Lleva siglos en los primeros lugares de las listas de popularidad y parece que los años no pasan para él y su fiel escudero Sancho Panza.
De todos modos, también es verdad que una cosa es saber que existe el famoso personaje y otra muy distinta haber leido el libro... Y si no se ha leido, no se puede tener una idea muy precisa de quién era realmente Don Quijote. Como dice Juan, muchas veces es el "gran conocido desconocido". Hay personas que lo definen diciendo que era un caballero andante cuando, en realidad, él no lo era, lo que ocurre es que su locura le llevó a creer que era uno de ellos.
Los caballeros andantes tuvieron su apogeo en la Edad Media y fueron los protagonistas de los libros y novelas de caballerías, que gozaron de gran popularidad hasta el siglo XVI. En realidad, representaban un ideal de hombre que nunca existió. En la época de Cervantes ya eran un anacronismo y él, precisamente, lo que quiso es hacer una parodia sobre esas figuras literarias.
"El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha" se imprimió por primera vez en diciembre del año 1604, después de haber obtenido el privilegio real para su publicación unos tres meses antes, el 26 de septiembre de 1604. El público tuvo acceso al libro a partir del mes de enero de 1605 y desde el primer momento fue lo que ahora se llamaría un "éxito de ventas". Este éxito no supuso una gran fuente de ingresos para Cervantes, ya que desde muy pronto aparecieron en el mercado varias ediciones piratas (nada nuevo bajo el sol), que no le reportaban ganancia alguna.
En 1615 apareció la segunda parte del Quijote, con el título de "El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha" y en ella se incluía la primera parte y la apócrifa segunda parte. Una vez más el autor sorprende con la concepción y estructura de la obra, pues nos encontramos que los personajes de ficción habían leído la edición "falsa" y, también, que el autor aprovecha para justificarse de algunos errores que se le habían escapado en la primera parte. Miguel de Cervantes murió el 23 de abril de 1616, a los 68 años de edad.
La figura alta y delgada del popular caballero don Quijote fue y es fuente de inspiración para artistas en todos los campos de la creación, así es que además de las obras relacionadas directamente con el famoso personaje, se encuentra su imagen en un sin fín de artículos que no tienen muchas veces nada que ver con lo que él representa.
Lo encontramos, por ejemplo, en monedas, billetes de Banco, insignias, envoltorios de dulces, postales... También se han hecho sobre él películas de largo metraje, series de dibujos animados para la televisión, comedias musicales. Vamos, te puedes topar con Don Quijote en cualquier parte, aunque, por lo que nos cuenta Juan, quizás no es tan fácil tropezarse con él... El hecho es que precisamente Juan, viviendo en Perú, no tiene muy fácil lo de poder adquirir nuevas piezas para su colección, pues, como es natural, allí no hay muchos artículos que recurran a la imagen del "deshacedor de entuertos". Si se trata de artículos traídos de España suelen ser caros. Menos mal que existe internet y que tiene a su familia y a sus amigos dispuestos a ayudarle. Y, llegados a este punto, Juan quiere aprovechar la ocasión para agradecer a todos ellos esa ayuda que le brindan.
Le hemos preguntado cómo es que se decidió a hacer esta colección y nos ha contado que, como les ocurre a muchos coleccionistas, empezó a acumular material relacionado con la obra de Cervantes porque es un gran admirador suyo, pero no tenía ningún objetivo especial. De repente uno día, se dió cuenta que ya tenía muchas cosas con esa temática y decidió seguir incrementándolas a la par que estudiaba e investigaba sobre el tema.Entre las piezas más abundantes de su colección están, desde luego, los libros, de los que tiene diversas ediciones de Don Quijote. Algunos de ellos son miniatura. También cuenta con libros que tratan de Cervantes o del Caballero de la Triste Figura, publicaciones turísticas que amablemente le han ofrecido algunos lugares cervantinos, como Alcalá de Henares, Argamasilla de Alba, el Toboso. También tiene bastantes medallas y monedas conmemorativas, sellos o estampillas, algunas muy antiguas, postales, pins o solaperos, discos de vinilo de las diversas versiones del musical "El Hombre de la Mancha", basado en Don Quijote, estatuillas de Don Quijote, reproducciones de documentos como la partida de bautizo de Cervantes, su firma, la portada de la primera edición, artículos, ensayos, cds de películas, cromos antiguos, etc.
Sobre la consabida pregunta que se le hace a todo coleccionista "¿dónde guardas tu colección?" Juan, que ya hemos comentado que tiene varias, nos dice que no guarda en ningún sitio sus colecciones, sino que le gusta tenerlas alrededor suyo, mostrándolas y disfrutando de su presencia. Le encanta poder enseñárselas a sus amigos y explicarles la información que tiene sobre ellas.
Juan nos ha explicado que su interés por Don Quijote se remonta muy lejos, pues tuvo oportunidad de leer la obra, cuando aún era un estudiante de Primaria. Entonces, se sorprendió al comprobar que era una historia entendible y que daba la sensación de que era algo contemporáneo, precisamente gracias a la calidad de intemporalidad que tienen las grandes obras. Otra cosa que le sorprendió mucho fue el humor que se encuentra a lo largo de todo el libro. Muchas veces tendemos a pensar que las obras clásicas son serias y trágicas, y ese no era el caso de Don Quijote. Ya en el prólogo encontramos la fina ironía de Cervantes, que se burla de la pedantería de otros autores mientras se rie un poco de si mismo "Y así ¿qué podría engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno...", un hijo al que Cervantes declara querer mucho y del que podría sentirse muy orgulloso.
Juan buscó al autor, Miguel de Cervantes, a través de su personaje y comenzó a estudiarlo y a tratar de entenderlo. Pensó al principio que, como ocurre muchas veces, el escritor se "manifestaría" a través de su criatura, como ocurre, por poner un ejemplo, en el caso de James Bond, que es el alter ego de Iam Fleming, pero no es así. Cervantes es el creador del Quijote, bromea sobre él, nos hace quererlo, reir y sufrir con sus infortunios, pero el autor se mantiene a distancia de su criatura. Don Quijote es una criatura de ficción tan viva y "real" que parece un personaje histórico. En este mundo moderno, práctico y consumista, que nos obliga a todos a tener que ser Sancho Panza para sobrevivir, la verdad es que a casi todos nos gustaría ser Don Quijote o, al menos, un poco "quijotes". Un hombre de armas que, aunque no conquistó nada con su lanza nos ha conquistado a todos, con su humor, su ternura y sus "razonamientos"... Sin olvidar al bueno de Sancho, más que su escudero, su amigo.