¡Que
LATAS!
Cristina Mayor es coleccionista de botijos, marcapáginas y todo tipo de cajas, pero en esta ocasión vamos a hablaros solamente de su colección de cajas de hojalata.
Cristina nos cuenta que, en realidad, los marcapáginas los colecciona más que nada por tener algo que poder intercambiar cuando va a ferias y encuentros de coleccionistas, porque cajas y botijos no son precisamente colecciones cómodas para ir paseándolas de un sitio a otro... Pero, ¿es que tiene alguna obligación de acudir Cristina a ferias y encuentros de coleccionistas? pues no, pero eso es precisamente una de las cosas que más le gusta del coleccionismo, el relacionarse con otras personas que tienen aficiones similares y disfrutar de ese ambiente de coleccionistas.
Para poder abordar el tema de esta colección de cajas de hojalata, empezaremos por el principio. Ya sabemos todos lo que es una caja, pero ¿qué es exactamente la hojalata? La hojalata es una chapa plana, muy delgada, de hierro o acero, estañada por ámbas caras. Una vez preparada se utiliza para la fabricación de diversos artículos.
Para poder abordar el tema de esta colección de cajas de hojalata, empezaremos por el principio. Ya sabemos todos lo que es una caja, pero ¿qué es exactamente la hojalata? La hojalata es una chapa plana, muy delgada, de hierro o acero, estañada por ámbas caras. Una vez preparada se utiliza para la fabricación de diversos artículos.
El estaño se utilizó ya en los pueblos primitivos, antes de trabajar el hierro, pues el hecho de que necesitara menor temperatura para fundirse, facilitaba su manipulación. En Egipto, 3.500 años a. C. se utilizó en aleación con el cobre para la obtención del bronce. Desde antiguo se han fabricado objetos estañados (se bañaban en él una vez que ya estaban hechos), a no confundir con los objetos de hojalata, hechos a partir de las láminas de ese material.
La elaboración de chapas de hojalata data del siglo XIX, siendo Baviera su lugar de origen. Posteriormente se fabricó hojalata en Nuremberg y otros lugares alemanes y, en el siglo XVII, la región de Dresde fue una gran exportadora de este metal.
La hojalata cobró una importancia capital cuando empezó a utilizarse en el envasado de alimentos. Al hacer un repaso de la evolución experimentada en este campo del envasado, hay que remontarse al año 1810, cuando Napoleón preparaba su campaña de Rusia y convocó un concurso con el fin de resolver el problema de la conservación de alimentos para la tropa. El ganador del concurso fue Nicholas Appert, que inventó un método de preservación hermética de los alimentos, que envasaba en botellas de vidrio tapadas con corcho, sujetas con alambres, y que sometía a ebullición.
Pero fue el inglés Peter Durand quien obtuvo en su país, ese mismo año de 1810, la primera patente para envasar alimentos en envases de hojalata. Se trataba de unos cilindros cerrados por ámbos extremos y cuyas piezas se unían por soldura. Después perfeccionó el sistema de apertura. Unos años más tarde, la aportación de Luis Pasteur en materia de esterilización permitió un avance definitivo en el envasado de alimentos.
Aunque se utilizan las cajas de hojalata para envasar diversos artículos, desde tabaco a pelotas de tenis, pasando por anzuelos para pescar, son las más populares las que se destinan a contener dulces, especialmente caramelos y galletas. Cristina las tiene clasificadas según los artículos que continen: farmacia, alimentos, dulces...
Nuestra coleccionista nos cuenta que tiene actualmente unas 4.ooo de diferentes clases. Si ha podido reunir semejante cantidad así es porque, además de las que ella ha ido comprando, también ha recibido muchas de regalo. Y entre las personas que más le han regalado están sus amigos de la asociación de coleccionistas BITXIKIAK. Esta entidad tiene su sede en Mungia (Vizcaya) y cuenta con unos 100 socios, la mayoría de los cuales hacen no una, sino varias colecciones.
Precisamente, Cristina quiere aprovechar este espacio para comunicar que los días 2 y 3 de abril se organizará allí en Mungia (Vizcaya), una feria de coleccionismo con exposiciones, intercambio y compra venta, a la que estáis invitados a participar todos. Esta Asociación organiza durante el año varios eventos y, una de las actividades que más nos ha llamado la atención, es la que preparan cada año en colaboración con el Ayuntamiento y otras asociaciones. Se trata de la recreación del municipio tal y como era hace unos 80 o 100 años, con su tienda, la estación de tren, un caserio, una bodeguilla, etc.
Con el paso del tiempo, las cajas de hojalata, pensadas para contener y preservar algunos productos, han acabado teniendo protagonismo propio, cuidándose con esmero el diseño, originalidad, calidad... No sólamente son un reclamo para vender un producto, sino que se compran por ellas mismas. ¿Quién no ha comprado alguna vez una lata porque se ha enamorado del paisaje, las escenas infantiles o la composición divertida que lucen, sin importarle demasiado cómo son las galletas que hay en el interior? Cuando se acabe lo que hay dentro, la lata nos acompañará siempre, guardando fotos, hilos, canicas, cartas, marcapáginas...