(a través de mi ventana...).
En principio, ésta parece una colección poco exigente, sólo se necesita una cámara Polaroid, una ventana desde la que mirar y un poco de sensibilidad para saber elegir el buen momento para hacer la foto. Es la colección que hace Daniel González Fuster: fotos tomadas con su aparato preferido, que es una vieja cámara Polaroid, desde la ventana de su apartamento.
Esta limitación de espacio "fotografiable", puede dar la impresión de que va a ofrecer resultados monótonos, pero no es así. Aunque el pedazo de paisaje urbano que se ve siempre es el mismo, la luz es cambiante y el estado de la meteorología diferente. Sin ningún truco ni artificio especial, la cámara lleva al papel los cielos azules, negros, amarillos, lilas, rojos, verdes, de los cielos límpidos, lluviosos, nocturnos, del alba... También nos muestra todo lo que se introduce en ese espacio casi privado: nubes (nubes de todo tipo: Cirros, Cirrocúmulos, Cúmulos, Estratos, Nimbostratos, Lenticulares Mammatus...), una grúa, un pájaro, un avión, una estela de vapor.
Pero, antes que nada ¿qué es una Polaroid y cuál es su ventaja? Esta cámara, que permite hacer fotografías instantáneas, fue un invento del norteamericano Edwin Herbert Land, que la creó en 1947, lo que originó una auténtica revolución en el mundo de la fotografía, pues permitía revelar y positivar la imagen en sólo 60 segundos.
Si en principio se apostó por esta novedad por motivos de tipo práctico, como puede ser la sencillez de su manejo y la rapidez en la obtención de la imagen, no han faltado desde su invención artistas y grandes fotógrafos (Andy Warhol, Helmut Newton, etc.) que han hecho de ella un instrumento para crear arte. Todos ellos se han dejado seducir por el poder de la inmediatez a la hora de capturar imágenes, imágenes que reproducen exacta y fielmente la luz de cada momento.
Daniel empezó con esta serie de fotografías que tituló "Through my window" a mediados del 2009, cuando tuvo ocasión de ir a vivir a un piso en el centro de Madrid. Al principio lo único que pretendía era probar distintas cámaras y tipos de película Polaroid. Después, descubrió la variedad de colores e imágenes que se podían capturar fotografiando siempre el mismo escenario y se animó a seguir haciéndolo.
Utiliza siempre cámaras Polaroid, básicamente modelos SX-70 y 600, casi todas ellas compradas de segunda mano y algunas con más de 30 años de antigüedad. Como se había dejado de producir película para esta marca, tenía que conseguirla, ya caducada, a través de internet o en alguna tienda que tuviera stock de viejas películas.
Utiliza siempre cámaras Polaroid, básicamente modelos SX-70 y 600, casi todas ellas compradas de segunda mano y algunas con más de 30 años de antigüedad. Como se había dejado de producir película para esta marca, tenía que conseguirla, ya caducada, a través de internet o en alguna tienda que tuviera stock de viejas películas.
Ahora se han lanzado al mercado películas compatibles con las cámaras Polaroid, aunque todavía no están totalmente a punto y las películas antiguas siguen dando mejores resultados.
Aunque no le gusta alardear de estas cosas, sabemos que a Daniel le han invitado a participar con sus fotos Polaroid en un par de exposiciones en el Reino Unido y que, también, han seleccionado alguna foto suya para un libro y una revista digital. Además, hay dos grupos musicales que han elegido una foto suya como portada de sus discos.
Nos cuenta que le gusta utilizar estas viejas técnicas (como también el super 8) ya en desuso, porque considera que proporcionan unos resultados difíciles de conseguir con material actual. Las limitaciones, que son muchas en la fotografía instantánea, le ayudan a depurar las ideas. El hecho de que no permitan retoques ni manipulación alguna, les da un encanto especial. Daniel piensa que ofrecen una calidad, textura y capacidad de capturar la luz que muchas cámaras modernas no tienen. Si a eso se une el toque nostálgico que ofrecen ¿quién da más?
Nos cuenta que le gusta utilizar estas viejas técnicas (como también el super 8) ya en desuso, porque considera que proporcionan unos resultados difíciles de conseguir con material actual. Las limitaciones, que son muchas en la fotografía instantánea, le ayudan a depurar las ideas. El hecho de que no permitan retoques ni manipulación alguna, les da un encanto especial. Daniel piensa que ofrecen una calidad, textura y capacidad de capturar la luz que muchas cámaras modernas no tienen. Si a eso se une el toque nostálgico que ofrecen ¿quién da más?
Nuestro coleccionista tiene un blog donde cuelga muchas de sus fotos, también se le puede encontrar fácilmente en la red.
Como Daniel viaja mucho, tanto por motivos profesionales como porque le gusta, quizás por eso necesita especialmente hacer suyo un punto fijo, inamovible (el "Vd. está aquí" de los mapas turísticos). Desde allí, mira el cielo y hace las fotos que captan esos momentos irrepetibles, con todo lo que cambia, lo que sucede, lo que permanece, lo que ve... desde su ventana.