Jesús Gil Gibernau empezó su espectacular colección de botijos hace poco más de quince años y, en este corto periodo de tiempo, ha conseguido no sólo reunir una riquísima representación de la alfarería española, sino inscribir su nombre en el libro Guinness de los records, por poseer la colección de botijos más grande del mundo.
Como todo buen coleccionista, Jesús no sólo disfruta atesorando sus piezas y contemplándolas él, sino que quiere compartirlas con cuantas más personas mejor.
Le gustaría que el museo dedicado a su colección estuviera en su tierra, La Rioja, pero, hasta el momento, donde se han interesado por su tesoro y donde ha podido concretizar sus aspiraciones, ha sido en Toral de los Guzmanes.
En este bonito pueblo de la provincia de León, han apostado por la iniciativa privada y la Cultura bien entendida, y le han facilitado un lugar para sus botijos allí, en el Castillo-Palacio de Toral de los Guzmanes.
Jesús Gil Gibernau se ha preocupado de reunir gran cantidad de documentación para ilustrar los orígenes y evolución de la fabricación de botijos, así como información sobre los principales alfares. Posee, también, un importante legado fotográfico y pictórico sobre los mismos.
Sólo nos queda recomendar un viaje a Toral de los Guzmanes para visitar el museo, que acoge esta famosa colección de Jesús. Y decimos famosa, porque la noticia de su inscripción en el Guinness apareció publicada en varios periódicos y revistas de tirada nacional.
Gracias a Jesús Gil Gibernau por habernos dado a conocer su colección y sus proyectos y, gracias al Ayuntamiento de Toral de los Guzmanes por el apoyo que ha brindado a este coleccionista. Es esto un buen ejemplo para otras instituciones y organismos públicos, tan poco predispuestos a dar apoyo y respaldo a iniciativas de este tipo.