Con la receta a cuestas
A Magi, padre e hijo, ya los hemos presentado en otra ocasión, cuando nos hablaron de su colección de Madelman. Y ahora, como ya os comentamos que hacían varias colecciones, vamos a ocuparnos de otra de ellas, muy interesante por cierto: la de botellas de Chartreuse de Tarragona. ¿Conocéis la historia de esta bebida? Es muy curiosa, pero, empecemos por el principio.
Se conoce como "Chartreuse" (cartuja) a un licor de hierbas y flores. Fue San Bruno quien fundó la orden de los Cartujos en el año 1084. Además de rezar y de estudiar, y gracias a sus conocimientos de Botánica, estos monjes fueron unos grandes expertos en la elaboración de bebidas. La búsqueda de un elixir que curara enfermedades era uno de los fines de sus investigaciones en este campo.
Para hacer más apetecibles los brebajes que preparaban, aprendieron a mezclarlos con hierbas y flores, que además de darles sabores y colores agradables a los licores, contribuían con sus propiedades curativas al remedio de muchas dolencias. Entre otras cosas, se alababan sus virtudes como tonificantes, digestivos, etc.
Para hacer más apetecibles los brebajes que preparaban, aprendieron a mezclarlos con hierbas y flores, que además de darles sabores y colores agradables a los licores, contribuían con sus propiedades curativas al remedio de muchas dolencias. Entre otras cosas, se alababan sus virtudes como tonificantes, digestivos, etc.
En Francia, en La Grande Chartreuse, no lejos de Grenoble, se instaló una destilería donde se fabricaba un licor obtenido a partir de la maceración de 130 hierbas en alcohol de uva, y al alcohol resultante se le añadía miel destilada y jarabe de azúcar, antes de dejarlo envejecer en barricas de roble.
Ocurrió que en dicho país, Francia, durante la III República y más concretamente el 18 de marzo de 1903, fueron disueltas las congregaciones religiosas y expulsados del país todos los frailes y monjas. Los cartujos que tuvieron que abandonar La Grande Chartreuse, se fueron a instalar a Tarragona, sin olvidar de llevarse con ellos la receta secreta de su famosa bebida. Porque, hay que decir, que la fórmula de su elaboración no está patentada, sino que se transmite de generación en generación y son solo dos monjes (tres, según otras fuentes) los que la conocen simultáneamente.
Allí en Tarragona se estuvo produciendo desde 1921 a 1989 la bebida "oficial" Chartreuse, con el nombre de TARRAGONA. Incluso durante unos años, entre 1921 y 1929 para ser precisos, en los que se fabricó la misma bebida en Marsella, se la siguió llamando con el nombre de "Chartreuse de Tarragona".
En Tarragona se hicieron diversas variedades a partir de la misma receta, alterando la proporción de las hierbas, el tiempo del proceso, etc. Básicamente las bebidas producidas allí fueron el Chartreuse verde, de 55º, que se fabricó desde 1764, y el Amarillo (de 40 a 43º), más suave y de sabor ligeramente dulce. Este venía produciéndose desde 1858, y continuó haciéndose hasta el cierre.
También se ha elaborado brandy y anisette, entre otras variedades.
Es importante saber que los bonitos colores de estas bebidas se consiguen gracias a la sabia utilización de las hierbas y flores, ya que no se les añade ningún colorante.
A Magi padre, el que más le gusta es la especialidad llamada mugronet. Parece ser que era difícil de comercializar porque llevaba un detalle ornamental a relieve en el vidrio, lo que hacía que se rompiera en muchas ocasiones. Se fabricó solamente de 1965 a 1966. En la foto de al lado, con las etiquetas verde y amarilla, puede verse, debajo de la cruz, el detalle abultado al que nos hemos referido, que es un globo terráqueo.
Efectivamente, el logo de la Chartreuse representa a una cruz que abarca y acoge al globo terrestre. Debajo de esa imagen aparece escrito en latín el lema de los cartujos: "Stat Crux dum volvitur orbis", que viene a significar algo así como "Cruz estable, mientras el mundo da vueltas" en el sentido de "Cruz constante, mientras el mundo cambia".
Es importante saber que los bonitos colores de estas bebidas se consiguen gracias a la sabia utilización de las hierbas y flores, ya que no se les añade ningún colorante.
A Magi padre, el que más le gusta es la especialidad llamada mugronet. Parece ser que era difícil de comercializar porque llevaba un detalle ornamental a relieve en el vidrio, lo que hacía que se rompiera en muchas ocasiones. Se fabricó solamente de 1965 a 1966. En la foto de al lado, con las etiquetas verde y amarilla, puede verse, debajo de la cruz, el detalle abultado al que nos hemos referido, que es un globo terráqueo.
Efectivamente, el logo de la Chartreuse representa a una cruz que abarca y acoge al globo terrestre. Debajo de esa imagen aparece escrito en latín el lema de los cartujos: "Stat Crux dum volvitur orbis", que viene a significar algo así como "Cruz estable, mientras el mundo da vueltas" en el sentido de "Cruz constante, mientras el mundo cambia".
Sobre las similitudes y diferencias entre la producción de la Grande Chartreuse y la de Tarragona, Magi nos explica que, desde luego, se pueden encontrar algunas diferencias ocasionadas por un clima diferente, las hierbas que se utilizan, etc. pero que el de Tarragona es más bueno (Magi es un apasionado de su ciudad, Tarragona, se nota ¿verdad?).
Cuando se les permitió a los frailes regresar a Francia, instalaron la destilería no en la antigua cartuja de Saint Pierre sino en Voiron, a unos 25 Kms. de allí. Actualmente pueden visitarse esas instalaciones, no así las de la destilería de Chartreuse en Tarragona, que actualmente se destina a otros menesteres.
Dado el éxito que tenía la producción de Chartreuse en Tarragona, muchas veces la gente se pregunta por qué no se continuó fabricando, y la respuesta más oída es que fue a causa del agua utilizada en su producción, pues aunque al principio era potable, posteriormente se declaró que no lo era, por lo que se complicó la elaboración y se aumentaron los costes. No obstante, nuestro coleccionista, que ha investigado el tema a fondo, nos cuenta que los mismos responsables de la Chartreuse, tanto el Director General, como su presidente, reconocen que tener en activo dos fábricas era inviable.
Al preguntarle que cómo se le ha ocurrido hacer esta colección, Magi nos dice que se ha animado a hacerla precisamente por eso, por el hecho de que, al no fabricarse más ese licor, es importante preservarlo, porque forma parte de la historia de la ciudad.
Además, como ha desaparecido la destilería que lo elaboraba, hace que se haya convertido en un bien muy deseable, pues dentro de poco ya será muy difícil encontrar alguna botella. Por eso hay bastantes coleccionistas.
Magi también nos cuenta que en alguna ocasión se han hecho exposiciones conjuntas de varios coleccionistas de este tema, y que han resultado muy interesantes porque se puede apreciar la gran variedad de botellas que se llegaron a utilizar. Botellas y etiquetas, en las que se observa una clara evolución, ya que van cambiando los tamaños, las formas, los colores...
Vemos que nuestro coleccionista no se limita a acumular las botellas que encuentra de este licor, sino todo lo que encuentra relacionado con el tema. Hasta se sometió a un pequeño test de conocimientos sobre la Chartreuse, para obtener el certificado de "Connaissseur", al que no concede mayor importancia que una curiosidad más. Y es que, como dicen los cartujos y decía César Augusto: "Festina lente", es decir, "apresúrate lentamente" o "si quieres correr ves despacio", pues para hacer una buena colección hay que ser insistente, tenaz y dedicarle el tiempo que haga falta. Vamos, "sin prisa, pero sin pausa".
Dado el éxito que tenía la producción de Chartreuse en Tarragona, muchas veces la gente se pregunta por qué no se continuó fabricando, y la respuesta más oída es que fue a causa del agua utilizada en su producción, pues aunque al principio era potable, posteriormente se declaró que no lo era, por lo que se complicó la elaboración y se aumentaron los costes. No obstante, nuestro coleccionista, que ha investigado el tema a fondo, nos cuenta que los mismos responsables de la Chartreuse, tanto el Director General, como su presidente, reconocen que tener en activo dos fábricas era inviable.
Al preguntarle que cómo se le ha ocurrido hacer esta colección, Magi nos dice que se ha animado a hacerla precisamente por eso, por el hecho de que, al no fabricarse más ese licor, es importante preservarlo, porque forma parte de la historia de la ciudad.
Además, como ha desaparecido la destilería que lo elaboraba, hace que se haya convertido en un bien muy deseable, pues dentro de poco ya será muy difícil encontrar alguna botella. Por eso hay bastantes coleccionistas.
Magi también nos cuenta que en alguna ocasión se han hecho exposiciones conjuntas de varios coleccionistas de este tema, y que han resultado muy interesantes porque se puede apreciar la gran variedad de botellas que se llegaron a utilizar. Botellas y etiquetas, en las que se observa una clara evolución, ya que van cambiando los tamaños, las formas, los colores...
Vemos que nuestro coleccionista no se limita a acumular las botellas que encuentra de este licor, sino todo lo que encuentra relacionado con el tema. Hasta se sometió a un pequeño test de conocimientos sobre la Chartreuse, para obtener el certificado de "Connaissseur", al que no concede mayor importancia que una curiosidad más. Y es que, como dicen los cartujos y decía César Augusto: "Festina lente", es decir, "apresúrate lentamente" o "si quieres correr ves despacio", pues para hacer una buena colección hay que ser insistente, tenaz y dedicarle el tiempo que haga falta. Vamos, "sin prisa, pero sin pausa".