Pendientes de
un hilo...
Rafael Edo colecciona carretes de pesca antiguos españoles. Le interesa conocer su historia y evolución, y por eso intenta llevar a cabo un buen estudio y catalogación de estos artilugios. También quiere compartir lo que va conociendo con sus amigos y demás personas interesadas en ellos.
Hemos de precisar que se trata de carretes destinados a la pesca tanto de mar como de río. Su fecha de fabricación data desde principios de los años 40 hasta los años 90, concretamente el 95, fecha en la que se cerró la extinta y famosa marca de carretes españoles SAGARRA, principal abastecedora del mercado nacional.
En realidad Rafael empezó coleccionando carretes de todos los países, pero como había tantos decidió seleccionar y buscar sólo los españoles, así es como se centró en la casa SAGARRA, la última firma que pudo resistir el mercado asiático. De todos modos, nuestro coleccionista busca cualquier artilugio que se parezca a un carrete y cumpla su función, ya sea un carrete patentado o no.
En la factoría Sagarra se lo fabricaban todo ellos, de ese modo abarataban los costes y podían vender a bajo precio los repuestos, lo que, unido al hecho de que eran muy fáciles de montar, facilitaba las reparaciones.
Rafael decidió hacer esta colección, como suele ocurrir, un poco por nostalgia. A él, cuando era pequeño le llevaban sus hermanos mayores a pescar y entonces veía los distintos tipos de carretes tan buenos que ellos utilizaban y así se fue familiarizando con ellos. Al hacerse mayor, y siendo como es pescador deportivo, pasó a utilizar los carretes modernos, con mucha tecnología pero poca durabilidad, por lo que empezó a rescatar del olvido aquellas antiguas piezas que se podían reparar.
Algunos amigos pescadores, ya un poco más mayores que él, y que todavía estaban usando los viejos modelos, le animaron a llevar adelante esta iniciativa de coleccionar y le regalaron algunos de sus carretes, así es que desde entonces, concretamente desde hace unos seis años, la colección se puso en ruta.
Ahora tiene unos 170 carretes diferentes, de los cuales unos 80 son completamente nuevos, sin estrenar, y unos 40 incluso están con su caja de cartón correspondiente. También hace colección de cañas de pescar (próxima cita para Procoleccionsmo).
Ahora tiene unos 170 carretes diferentes, de los cuales unos 80 son completamente nuevos, sin estrenar, y unos 40 incluso están con su caja de cartón correspondiente. También hace colección de cañas de pescar (próxima cita para Procoleccionsmo).
Actualmente existe un grupo, cada vez más numeroso, de coleccionistas y simpatizantes que se ayudan entre ellos todo lo que pueden, pues como ya no se venden más piezas se abastecen con los lotes de repuesto que algunos colegas conservan, con el fin de reparar los carretes que necesitan atención. Dada la afición que se ha despertado por estos artilugios, se está fraguando el proyecto de fundar un club nacional de coleccionistas de carretes Sagarra y demás marcas españolas.
El problema, como hemos comentado, es que es muy dificil conseguir nuevas piezas. Hace un tiempo se encontraban en las tiendas de pesca antiguas, pero esta fuente se agotó y ahora sólo queda encontrar algún pescador, o sus descendientes, que no estén interesados en conservar los carretes y se deshagan de ellos, o tener la suerte de conocer algún coleccionista que venda o cambie alguna pieza.
A raiz de la publicación en una revista de un artículo sobre la colección de carretes, se desató una especie de euforia sagarrista y todo el mundo se puso a rescatarlos, con lo que pasaron de ser basura a ser reliquias de exposición.
Rafael los guarda en un garaje, donde se encuentran compartiendo espacio con otros utensilios. Empezó decorando las paredes con sus pequeñas reliquias y poco a poco van ganando todo el terreno posible. Como suele comprar portacarretes de época (de acero o bronce) los cuelga de unas maderas como si estuvieran en acción de pesca. También va instalando alguna vitrina de cristal.
Y cuando le hemos preguntado a Rafael cuáles son las que él considera las mejores piezas de su colección, nuestro coleccionista es tajante: las mejores son todas. Si ve una que no tiene, automaticamente la quiere para su colección y una vez que la tiene, es cuando descansa.
El problema y la virtud de la marca Sagarra, de la que se ocupa Rafael principalmente, es que al ser tan popular y conocida por los coleccionistas, todos pretenden conseguir una buena representación de ella, así es que las cosas se complican mucho pues hay mucha demanda y la oferta de ejemplares es limitada. Por otra parte, como se trata de una producción tan abundante, completar la colección es prácticamente tarea imposible.
Rafael tiene un blog "Carretes de colección" en el que muestra las piezas que tiene, las que está dispuesto a cambiar, las que le gustaría coseguir, comenta aspectos técnicos de los carretes, informa sobre las reuniones de coleccionistas e interesados en este tema, etc.
Y, después de haber descubierto esta colección bastante insólita, sólo nos resta lanzar nuestro hilo particular y desearle a Rafael una buena pesca.