viernes, 23 de diciembre de 2011
jueves, 22 de diciembre de 2011
¡Gracias!
En esta ocasión, queremos celebrar que ya hemos conseguido 200 seguidores para nuestro blog. Es un sueño que se ha hecho realidad, gracias a todos las personas que han tenido la amabilidad de hacernos saber, que les interesan los temas que les proponemos y que aprecian nuestro trabajo. ¡MIL GRACIAS A TODOS!
miércoles, 21 de diciembre de 2011
Una colección de décimos del Sorteo de Navidad y artículos relacionados
con mucha esperanza
Andrés Fulgencio Estévez García es un destacado belenista canario, cuya colección de Nacimientos ya os hemos presentado en Procoleccionismo. Dentro del gran tema de la Natividad, tiene una colección especial dedicada a la Lotería que se celebra en esas fechas. La colección, en realidad, la inició su padre, Aquilino Andrés Estévez Quintero, en el año 1959. En aquellos años el sorteo de Navidad gozaba de mucha popularidad, pues los únicos juegos con premios en metálico autorizados por el Gobierno eran, precisamente, la lotería nacional y las quinielas.
Hay que precisar que la colección se limita a la Lotería Nacional de Navidad, la que se celebra habitualmente el 22 de diciembre, aunque Andrés también guarda algún número del sorteo del Niño o de la Once, sólo cuando han hecho referencia a algún acontecimiento especial. La colección cuenta con un décimo de cada año desde 1892, fecha en la que se inauguró este sorteo, hasta hoy día. Hay que precisar que aunque ya en 1812, en plena Guerra de la Independencia, se instituyó una lotería en Navidad con el fin de poder facilitar unos ingresos extra al maltrecho erario público, no recibió el nombre de "Sorteo de Navidad" hasta el año 1892. Y no se llegó a imprimir esa denominación en los décimos hasta el año 1897, cuando pasó a sustituir a la anterior denominación de "Prósperos de Premios".
Hay que precisar que la colección se limita a la Lotería Nacional de Navidad, la que se celebra habitualmente el 22 de diciembre, aunque Andrés también guarda algún número del sorteo del Niño o de la Once, sólo cuando han hecho referencia a algún acontecimiento especial. La colección cuenta con un décimo de cada año desde 1892, fecha en la que se inauguró este sorteo, hasta hoy día. Hay que precisar que aunque ya en 1812, en plena Guerra de la Independencia, se instituyó una lotería en Navidad con el fin de poder facilitar unos ingresos extra al maltrecho erario público, no recibió el nombre de "Sorteo de Navidad" hasta el año 1892. Y no se llegó a imprimir esa denominación en los décimos hasta el año 1897, cuando pasó a sustituir a la anterior denominación de "Prósperos de Premios".
Conseguir un número de cada uno de esos años no ha sido una tarea fácil, entre otras cosas porque a lo largo de ese tiempo han ocurrido muchos acotecimientos, como guerras, crisis y cambios importantes en la sociedad, pero, finalmente, nuestro coleccionista lo ha conseguido. Es curioso constatar que nunca se ha interrumpido la celebración de este sorteo desde que se creó, incluso en una ocasión, el año 1938, se celebró por duplicado pues por motivo de la Guerra civil hubo un sorteo en Barcelona y otro en Burgos. Una fecha importante en la historia de la lotería nacional, fue el sorteo de Navidad del año 2002, que fue cuando se pasó a dar los premios en euros en lugar de en pesetas.
El nombre de décimo es el nombre que reciben los boletos de la lotería nacional, porque su valor es la décima parte del importe del billete, es decir, cada billete tiene 10 décimos. Y, nos cuenta Andrés que los diseños de los décimos ha variado mucho desde su inicio hasta ahora. Al principio, eran cuatro veces mayores que los actuales. Además, cada etapa política se ha reflejado en los mismos, por ejemplo, en tiempos de la República no tenían imágenes cristianas, o cuando ganó Franco la guerra los boletos mostraban el anagrama nacional de entonces. Desde los años cuarenta del siglo pasado, casi cada año se ha elegido para el sorteo de Navidad un tema del Nacimiento de Jesús. Para ellos se ha recurrido a la obra de pintores famosos, especialmente de aquellos grandes artistas, españoles o no, cuya obra se puede admirar en nuestro país. Señalemos, por dar algunos ejemplos, que en el año 1998 se eligió una obra de Pietro Barretini Da Cortona que está en el Museo del Prado (Siglo XVI); en 1999 los décimos mostraban "La Adoración de los Reyes Magos", de Velázquez; en el 2000 fue el turno de "La Sagrada Familia" de Pedro Machuca (siglo XVI); en el 2002 el "Nacimiento de la Sagrada Familia", de Antoni Gaudí; o el "Nacimiento de Cristo" de Pedro Berruguete (Siglo XV) en el 2003. Este año lucen una pintura de óleo sobre tabla realizado por el Maestro de Artés (siglo XVI).
La colección de Andrés incluye muchos artículos originales relacionados con el tema de la lotería de Navidad, todos ellos de la década de 1950: carteles, billetes y monedas, recibos, papel timbrado, listas de números premiados, etc. En realidad, lo que a él le gustaría es disponer del lugar idóneo para reproducir lo que era una administración de lotería en aquellos años. Ya tiene preparado hasta el indispensable aparato de radio, a través del cual los clientes podían escuchar en directo la evolución del sorteo, aunque fuera desde la calle. También tiene el mobiliario adecuado y todos los artículos habituales en las dependencias de las administraciones de lotería.
Actualmente el Sorteo de Navidad sigue gozando de una gran popularidad y, quien más quien menos, seguro que el próximo día 23 todos estarán pendientes de los números que canten los niños de San Ildefonso. Al final, aunque todo el mundo sueña con el Gordo (que es el premio máximo) nos daremos por satisfechos si nos toca un reintegro... Con premio o sin premio, siempre tendremos la suerte de poder visitar la web de Andrés "Museo belenista Estévez".
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Una colección de fotos de puentes
Lo que UNE un pUENnte
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Pilar Vidal hace colección de fotografías de puentes. ¿Hace falta explicar lo que es puente? evidentemente no, porque todo el mundo lo sabe pero, pensamos que es interesante resaltar, además de su función utilitaria (que es la de unir dos puntos salvando un obstáculo) y la estética atractiva que ofrecen, ese otro aspecto que a la coleccionista le gusta ver en ellos: su misión de unir, de acercar, de comunicar. Tender puentes significa, permitir ir de un lugar a otro, en los dos sentidos, y la posibilidad de descubrir, ayudar y aprender.
Pilar, empezó con la colección hace poco, de hecho comenzó a organizarla como tal en el momento en que creó su blog "Tendiendo puentes", el 1 de agosto del presente año, hasta entonces se limitaba a guardar fotos con este tema, simplemente porque le gustaba. El blog, nació con la idea de "colgar" cada día un puente, durante todo el mes de agosto. Y, casi casi lo consigue, porque sólo falló el día 27, el resto de los días tuvieron su puente fotografiado. Una vez que ya se adentró en el tema, Pilar decidió continuar con él, aunque q un rítmo más relajado. Actualmente, gracias a sus frecuentes viajes, ha tenido la oportunidad de incrementar rápidamente la colección y tiene puentes fotografiados en Japón, Turquía, Vietnam, India, Suiza, Albania, Italia, etc.
Entre los puentes que han pasado a constituir piezas de su colección, podemos mencionar alguno tan emblemático como el de Mostar en Bosnia-Herzegovina o el que atraviesa el río cercano a la Cúpula de la Bomba atómica (Gembaku Domu) en Hiroshima. No faltan algunos tan bonitos como el de Martorell, Besalú o Sant Joan de les Abadesses, romano, románico y gótico respectivamente, o los modernos y espectaculares de Zaragoza, hechos con motivo de la Expo 2008, que son el puente del Tercer Milenio y el del Pabellón, que tiene forma de gladiolo. Entre los puentes fotografiados hay de todo: desde los más exóticos, como algunos japoneses, hasta los más comunes en nuestros parajes; desde los más sofisticados hasta los más rústicos y simples. Los hay que han sido construidos para salvar desniveles de terrenos, para cruzar ríos, para permitir el paso de personas durante las mareas altas. Hay puentes que se destinan al tráfico rodado, otros que son sólo peatonales, algunos destinados únicamente al paso de animales, otros de doble uso, por ejemplo ferroviario y de automóviles, etc.
Entre los puentes que han pasado a constituir piezas de su colección, podemos mencionar alguno tan emblemático como el de Mostar en Bosnia-Herzegovina o el que atraviesa el río cercano a la Cúpula de la Bomba atómica (Gembaku Domu) en Hiroshima. No faltan algunos tan bonitos como el de Martorell, Besalú o Sant Joan de les Abadesses, romano, románico y gótico respectivamente, o los modernos y espectaculares de Zaragoza, hechos con motivo de la Expo 2008, que son el puente del Tercer Milenio y el del Pabellón, que tiene forma de gladiolo. Entre los puentes fotografiados hay de todo: desde los más exóticos, como algunos japoneses, hasta los más comunes en nuestros parajes; desde los más sofisticados hasta los más rústicos y simples. Los hay que han sido construidos para salvar desniveles de terrenos, para cruzar ríos, para permitir el paso de personas durante las mareas altas. Hay puentes que se destinan al tráfico rodado, otros que son sólo peatonales, algunos destinados únicamente al paso de animales, otros de doble uso, por ejemplo ferroviario y de automóviles, etc.
Básicamente los puentes se dividen en cinco grandes grupos: puentes viga, en ménsula, de arcos, colgantes o atirantes. En cuanto a los materiales, recordemos que los primeros puentes que se construyeron fueron de madera, pero también se ha utilizado, y se usa, la cuerda, el hormigón armado, hormigón pretensado, hierro, acero... Si los primeros fueron hechos en madera, desde muy antiguo, concretamente ya con los egípcios, se pasó a utilizar la piedra, aunque fueron los romanos los grandes constructores de puentes en piedra, muchos de los cuales siguen prestando servicio todavía en nuestros días.
En la Edad Media no había demasiado interés en construir puentes, pues resultaban amenazantes para la seguridad de reinos y ciudades, ya que los puentes aumentaban su vulnerabilidad al permitir invasiones y ataques. Por eso, tanto los pocos puentes que se construyeron entonces como aquellos que ya estaban hechos, fueron dotados en muchos casos de fortificaciones, además de añadírseles capillas (para invocar protección celestial). También se les agregaron garitas para cobrar el portazgo (o pontazgo, impuesto que debían pagar quienes querían transitar por el puente o pasar mercancías). En esta época los puentes se construyeron en sillería o mampostería, y se pasaron a utilizar los arcos apuntados o elípticos en lugar de los de medio punto.
Pilar colecciona solamente las fotos de puentes que ella misma fotografía, porque cada una de esas fotos tiene un significado especial para ella y le trae un recuerdo determinado y eso lo quiere conservar junto a la imagen del puente.
Pilar colecciona solamente las fotos de puentes que ella misma fotografía, porque cada una de esas fotos tiene un significado especial para ella y le trae un recuerdo determinado y eso lo quiere conservar junto a la imagen del puente.
Y hablando de imagen, nuestra coleccionista no se queda sólo con ella, sino que busca información sobre el puente fotografiado, tratando de conocer sus orígenes y la información interesante o curiosa que puede haber en torno a él. También se interesa por todo lo que tiene algo que ver con los puentes, como pueden ser canciones o poemas que hablan de puentes, carteles, etc. Por cierto, no sabemos si ya tiene en la colección la estrofa del "Dúo de la Africana" (estrenada en 1899, libreto de Miguel Echegaray y Música de Manuel Fernández Caballero) cantada por "la Antonelli", que dice así: "El puente tiene seis ojos/ Yo tengo dos solamente/ Y echan mis ojos más agua/ Que los ojitos del puente/" (¡que ya es llorar!)
Gracias, Pilar, por este puente que has tendido entre nosotros y que nos ha permitido llegar a tu colección y admirarla. Recordad, todos podéis visitarla en "Tendiendo puentes".
miércoles, 7 de diciembre de 2011
Una colección de tebeos para chicos
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Con Venancio Anguas Fernández, coleccionista sevillano (de Pilas, para ser más exactos), hicimos ya en Procoleccionismo un recorrido por su magnífica colección de "tebeos de niñas". Por cierto, que Venancio nos aclara un poco esta terminología. Dice que, cuando él era pequeño, además de esos tebeos considerados "de niñas", se publicaban los denominados "de guerra", que estaban destinados a los chicos y los "de risa", como el TBO, Jaimito, etc. que eran unisex, porque se suponía que los leían niños como niñas.
El empezó a coleccionar tebeos cuando tenía 8 años y lo hizo a lo grande, en el sentido de que no lo hizo de uno en uno, sino partiendo de una cantidad respetable. Recuerda muy bien que fue una noche, después de haber estado jugando un buen rato con el trompo en la plaza de la Cruz, cuando, al llegar a su casa, se encontró encima de una mesa nada más y nada menos que 20 tebeos de "El Guerrero del Antifaz", que le había dejado como regalo un amigo de su tío Francisco, Antonio Osa. Como a Venancio siempre le había gustado mucho el dibujo, el impacto de aquellas ilustraciones fue muy fuerte y tanto le impresionaron que fueron el gérmen de una gran afición que ha durado hasta hoy día, es decir, toda una vida.
Además del dibujo, a Venancio también le gustan las historias y argumentos que ofrecen los cómics. Recorrer las páginas de esas historietas es vivir aventuras fantásticas, donde se pueden visitar mundos exóticos; descubrir personajes extraordinarios y maravillarse ante lo que pueden conseguir personas con poderes superespeciales. También es apasionarse con misterios de antiguas civilizaciones, asombrarse con animales salvajes amaestrados y hasta sonreir con las excentricidades o forma de expresarse de algunos personajes y llegar, a través de este tunel del tiempo, a periodos de la Historia remotos, para vivir en el mundo de los romanos, apaches, hombres de la Edad Media, etc. Sus tebeos preferidos fueron, y son, los del Guerrero del Antifaz, Balín, Roberto Alcázar y Pedrín, El Cachorro, Pancho Dinamita, Pantera Negra y muchos otros. Los años 40 y 50 fueron los del boom de los tebeos de este tipo, que volvió a repetirse a finales de los 70 y durante los años 80.
La serie de "Roberto Alcázar y Pedrín", por ejemplo, fue el primer título de ellos. Fue creado en 1940 por el guionisa y editor Juan Bautista Puerto y lo publicó la Editorial Valenciana durante 35 años, hasta 1976. La mayoría de los guiones, de todos modos, fueron obra de José Jordán Jover, antiguo comandante republicano. Por lo que se refiere al dibujo, el autor fue Eduardo Vañó Pastor.
"El Guerrero del Antifaz", creado por Manuel Gago García, empezó a publicarse en 1943 por la Editorial Valenciana. Se entiende como su época clásica la comprendida entre 1943 y 1966. Fue el primer cómic de este tipo que optó por dejar inconclusa la historia que se contaba en el cuadernillo para, recurriendo al célebre latiguillo de "continuará" (que se ponía al final de la última página), emplazar al lector para el siguiente número.
"El Guerrero del Antifaz", creado por Manuel Gago García, empezó a publicarse en 1943 por la Editorial Valenciana. Se entiende como su época clásica la comprendida entre 1943 y 1966. Fue el primer cómic de este tipo que optó por dejar inconclusa la historia que se contaba en el cuadernillo para, recurriendo al célebre latiguillo de "continuará" (que se ponía al final de la última página), emplazar al lector para el siguiente número.
Las "Hazañas Bélicas", de las que Venancio tiene más de 300 ejemplares, abordaban historias más realistas, ocurridas tanto en la II Guerra Mundial como en otros escenarios bélicos, como la Guerra de Corea, Oriente Medio, etc. Empezaron a editarse en el año 1948 y gozaron de gran popularidad.
Para terminar el breve repaso sobre algunas de estas publicaciones juveniles, citaremos a "El Jabato", publicada por la Editorial Bruguera a partir de 1958, que era una serie creada por Víctor Mora (bajo el pseudónimo de R. Martin), responsable de los guiones y Francisco Darnis del dibujo.
Además, hubo muchos otros héroes y superhéroes, como "Diego Valor" (1954) "El Capitán Trueno" (1956), etc. En aquella época se presentaban en formato apaisado, hasta que se optó por el vertical en los años 70. (Aprovechamos para recordar que en Procoleccionismo ya hemos dedicado un espacio a la estupenda colección de "El Capitán Trueno", de nuestro amigo Rafael Castillejo).
Fueran cuales fueran los personajes y los argumentos, aquellas historietas solían perseguir una intención moralizante, transmitiendo unos valores que se consideraban positivos para los jóvenes, resaltando cualidades como el valor, la amistad, el sacrificio, la compasión, el amor a su pueblo.
Durante mucho tiempo los tebeos eran un artículo de lujo, pues eran bastante caros. Venancio aún recuerda a un amigo suyo que le pedía a su madre el dinero para comprarse la merienda y con lo que le daba se compraba altramuces, guardando todo lo que le sobraba para comprar el tebeo que coleccionaba.
Durante mucho tiempo los tebeos eran un artículo de lujo, pues eran bastante caros. Venancio aún recuerda a un amigo suyo que le pedía a su madre el dinero para comprarse la merienda y con lo que le daba se compraba altramuces, guardando todo lo que le sobraba para comprar el tebeo que coleccionaba.
Esta pasión por los tebeos no es excepcional y cada día hay más coleccionistas. Venancio desde que empezó a interesarse por los cómics, perteneció al Club Andaluz del Tebeo, en Sevilla, pero para contactar con otros coleccionistas españoles y poder intercambiar ejemplares repetidos, entonces era necesario recurrir al correo postal. Actualmente, gracias a internet es más fácil establecer contacto con otros colegas y ponerse de acuerdo para intercambiar. Es así cómo Venancio está relacionado con un centenar de coleccionistas de toda España. También se organizan con frecuencia muchas actividades que facilitan los contactos y, concretamente, acaba de tener lugar en Madrid, el 3 y 4 de diciembre, la Expocómic, que ha reunido a más de cincuenta coleccionistas y a la que Venancio no ha faltado. Gracias a su pasión por este tema y a su dedicación, ha conseguido reunir entre 100 y 200 colecciones diferentes, unas son ediciones originales y otras reediciones. Todas ellas las guarda perfectamente en cajas y están clasificadas. Allí tiene a sus autores preferidos: Manuel Gago, José Ortiz, Boixcar, M. Quesada, P. Quesada, Iranzo... Un tesoro.
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