Foto n° 219: Leutershausen (Alemania). M. J. Fuster
Foto n° 220: Rothenburg (Alemania). M. J. Fuster
Foto n° 221: La Habana (Cuba). Amanda Suiti
mjfuster20@gmail.com
¡Gracias!
Foto n° 219: Leutershausen (Alemania). M. J. Fuster
Foto n° 220: Rothenburg (Alemania). M. J. Fuster
Foto n° 221: La Habana (Cuba). Amanda Suiti
la delicadeza


ndo descubrió estos pequeños objetos, que muchas veces son auténticas obras de arte, se quedó prendado de ellos y decidió coleccionarlos.
e, con la prohibición de comerciar con el marfil de elefante se han utilizado para su realización colmillos de morsa, de cachalotes, marfil de mamut, de hipopótamo, etc., además de porcelana, laca, metal, cuero, coral, ámbar... 


En Europa se pueden encontrar buenas piezas en algunos anticuarios, aunque, desde luego, más caras que en Oriente, pero si te pones a calcular lo que te ahorras del viaje seguro que la compra resultará más barata... Nosotros, sin tener que hacer números para averiguar ningún precio y gracias a la deferencia de nuestro amigo Luis, hemos tenido el privilegio de poder contemplar desde nuestra propia casa unos preciosos ejemplares de netsuke, que derrochan belleza, humor y ternura.


tanto, no se podía poner nada allí encima ni se podía cerrar el cuaderno donde se había escrito. Con la ayuda de un papel secante se solucionaban estos problemas, pues el exceso de tinta (las huellas de la escritura) pasaba al papel secante, mientras que el texto original quedaba limpio.
de muchos trucos y recetas caseras para eliminar las manchas que afeaban textos y dibujos.
clientes, con la propaganda de los artículos que allí podían encontrar: cuadernos, lápices de colores, tintas, cintas de tinta para las máquinas de escribir, gomas de borrar, plumas, !hasta calcomanías!
e pequeño a él le ha gustado coleccionar cosas. Y recuerda que siempre guardaba tres o cuatro secantes dentro de algún libro por eso, porque le gustaban.

También se hicieron series humorísticas y otras más formales, en las que el mensaje que se procuraba transmitir era la elegancia y prestigio de los artículos anunciados.

Por lo que respecta a la manera en que Luis guarda las piezas de su colección, nos cuenta que las pone dentro de fundas de plástico y las fundas en un álbum, como se hace con las fotografías. Actualmente tiene más de quinientos ejemplares.
Nosotros esperamos haber absorbido bien todo lo que nos ha explicado Luis Latorre y nos gustaría que su interesante colección dejara huella entre todos los amigos que visitan este blog.
Foto n° 212: Bamberg (Alemania). M. J. Fuster
Foto n° 213: Sevilla. Manuel Angel Lara
Foto n° 214: Zaragoza. Mar Dagnino
Foto n° 215: Ciudad Real. Agustín Jiménez
Foto n° 216: Verdú (Lérida). M. C. Carrera
Foto n° 217: Hirschorn (Alemania). M. J. Fuster



Erase una vez un director de cine, Carl Denham que buscaba una actriz para la película que quería rodar en una isla misteriosa. Casualmente encontró a una joven que acababa de robar una manzana para comer (la crisis no es algo exclusivo de esta época) y que era una actriz de teatro en paro. A cambio de no denunciarla le pidió que le acompañara en un viaje por mar y que ella sería la protagonista de su film.

Para que este relato no dure tanto como una sesión de cine, abreviaremos todo lo posible. Digamos que el jefe de la tribu vió a Ann y pensó inmediatamente en que la chica sería un buen regalo para el verdadero dueño de la isla. Propuso cambiar a la rubia por unas cuantas nativas, pero los compañeros de Ann se negaron y, viendo el panorama, se retiraron discretamente al barco. Por la noche fueron los indígenas y raptaron a la chica (que se los puso muy fácil...).
A la mañana siguiente vuelven los del barco a la isla para rescatarla y la encuentran justamente a punto de ser entregada como ofrenda al monstruo de la isla, Kong, que es un gigantesco gorila.
mo "La octava maravilla del mundo", el gorila, que se ha enamorado de Ann, se pone furioso con los destellos de las cámaras fotográficas de los periodistas, porque cree que atentan contra ella. Se libera de las cadenas y va tras la chica, que a puesto tierra por medio y ha huido. La busca, la encuentra, la sube al Empire State Building... pero allí unos aviones consiguen derribarlo y el animal se desploma sobre el suelo. Los protagonistas respiran tranquilos, sobre todo Ann que ya entrevé su futuro al lado de Jack Driscoll (de la tripulación del Ventura) en lugar de con King Kong. Pero el público que ve la película, no se sabe muy bien por qué, se siente un poco triste con el final que se le ha reservado al pobre animal. Por cierto, que la última frase del film es famosa: al morir King Kong alguien dice "le han matado desde los aviones", a lo que Karl Denham apostilla: "No, a la Bestia lo ha matado la Bella".
RKO Pictures, productora que estaba atravesando un mal momento económico y que pudo recuperarse gracias a las ganancias que obtuvo con King Kong.El guión lo escribió Ruth Rose y James Ashmore Creelman sobre argumento de Edgar Wallace y Merian C. Cooper. Los efectos especiales estuvieron a cargo de Willis O'Brien que, además de algunos documentales, había hecho ya en 1925 el largometraje "El Mundo Perdido", basado en una novela de Sir Arthur Conan Doyle.
Estos efectos especiales fueron parte fundamental del éxito de la película. O'Brien, a falta de los recursos técnicos como los que actualmente se utilizan, desplegó imaginación para hacer creible la historia que se narraba.
Utilizó la técnica del stop-motion o paso a paso, utilizada para aparentar movimiento con objetos estáticos y que consiste en trabajar con unos muñecos articulados hechos en material flexible a los que se les hace una serie de fotos (24 por segundo) con la cámara de cine, mientras se les va cambiando ligeramente su posición, con lo que al pasar las imágenes rápidamente se obtiene la impresión de movimiento.
Se estrenó el 2 de marzo de 1933 en el Radio City Music Hall de Nueva York y se convirtió en un éxito
de taquilla en todo el mundo.
La crítica desde el primer momento la valoró positivamente y, pese a algunos fallos de orden técnico, reconoció en King Kong aquellas cualidades que hacen grande una película.
Rafael vio por primera vez este film en el cine Actualidades de Zaragoza, hace ya algunos años, y recuerda como si fuera ahora mismo la impresión que le produjo. Y la impresión se la hizo King Kong, pero también la protagonista Ann, papel interpretado por Fay Wray. Por eso, Rafael tiene un pensamiento especial para ella y le dedica todo su trabajo de recopilación sobre la película con esta dedicatoria: "A Fay Wray, donde quiera que esté". Ahora, gracias a esta colección, ella está muy cerca de todos nosotros, aquí mismo... (y en el Desván de Rafael).
The end