la música
del aire y el sentimiento
Alfonso Rubio Marco es un joven músico valenciano que ha dedicado todos sus estudios y entusiasmo a la flauta traversa. Fue Catedrático en el Conservatorio Superior de Córdoba, flautista solista en la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, ha trabajado también con otras grandes orquestas y, además, es un importante concertista. Actualmente ejerce la docencia en el Conservatorio de La Palmera de Sevilla.
Nos cuenta nuestro coleccionista y profesor, que la flauta es, precisamente, uno de los instrumentos más antiguos que se conocen. Se han encontrado instrumentos de la familia de las flautas en yacimientos con miles de años de antigüedad.
A grandes rasgos, podemos decir que la flauta ha evolucionado a lo largo de todos estos siglos. Uno de los grandes cambios que ha experimentado ha sido en cuanto al material constructivo del tubo. Inicialmente se construían con huesos de animales o personas, con maderas de muy diversos tipos, con caña. Después se fabricó con marfil, cerámica, porcelana. Y, desde hace algo más de un siglo se viene construyendo en metales de toda clase, entre los que podemos mencionar la plata y el oro, sin olvidar otros materiales utilizados para flautas no profesionales, como pueden ser el plástico y resinas.
El instrumento, como es bien conocido, consiste básicamente en un tubo más o menos alargado, en el que se hacen varios agujeros. Se expulsa el aire de la boca por un bisel y, con los dedos o unas llaves, se cierran uno o varios agujeros del tubo, con el fin de producir el sonido deseado. Una diferenciación elemental es la de las flautas frontales y las traveseras, estas últimas deben tocarse de lado pues tienen su bisel en el lateral del tubo.
Hay muchos tipos de flauta, como de pico, ocarinas, quenas, shakuhachis... En la Edad Media se estima que ya se conocían 200 tipos de flauta diferentes, pero nuestro coleccionista ha centrado su interés en la flauta travesera únicamente.
En el Renacimiento, la traversa era ya un instrumento muy popular en Italia y fue en el siglo XVI cuando se le incorporaron llaves para mejorar el sonido. El alemán Theobalde Boehm, en 1832, le dio a esta flauta las características que todavía presenta en la actualidad.
La dividió en tres partes, para permitir su afinado. Las medidas que presenta son: de longitud mide 67 centímetros, la anchura del diámetro hace 19 milímetros, y además tiene 13 agujeros y una llave para cada no de ellos.
El coleccionarlas ha sido una consecuencia lógica de su dedicación e interés por la flauta, a lo largo de toda su vida. Tan es así, que empezó con este instrumento cuando era un niño y en la banda de música de su pueblo le dieron una. Desde entonces ya no la dejó, es más, decidió estudiar la carrera completa.
Nos cuenta que le gusta especialmente este instrumento porque, como todos los de viento en general, son los más parecidos a la voz humana, y la flauta en particular tiene una capacidad enorme de variación de timbres sonoros, de sutilezas sonoras en una sola nota. Además de ello, la flauta travesera es un instrumento con un repertorio inmenso, que siempre ofrece sorpresas incluso a intérpretes con una larga carrera, como la suya.
Por cierto, es importante saber que aunque la flauta pertenece históricamente a los instrumentos de la familia de viento de madera, la mayoría de las que se construyen en la actualidad son de metal.
Por lo que se refiere a la madera utilizada en la fabricación de flautas, nos explica que la más común es la de granadillo, por ser la más abundante, y muy adecuada para la construcción de instrumentos por ser antialergénica. También el boj es muy atractivo a causa de su sonoridad, mate y cálida. Pero Alfonso, personalmente, prefiere los instrumentos en metal (especialmente plata).
Las flautas exigen mucha atención en su cuidado y conservación, sobre todo si se quiere que estén en estado de ser tocadas. En general, todos los instrumentos de madera requieren todavía un cuidado más delicado, pues ésta debe conservarse en unas condiciones de temperatura y humedad adecuadas y ser untada periódicamente con aceites vegetales que conserven su porosidad. Además los mecanismos de las flautas necesitan un mantenimiento constante, pues hay partes que se desajustan con el tiempo, y un instrumento musical necesita para su buen funcionamiento que todas las partes actúen correctamente. Entre las piezas de su colección, no todos los instrumentos funcionan todavía, y algunos de ellos son meros testimonios de la evolución histórica, o piezas de determinado interés, que ya no pueden ser tocados.
Por lo que se refiere a sus piezas preferidas, nos dice que tiene especial aprecio por las flautas que toca y ha tocado, en particular una flauta americana de plata, de la marca Arista, que fue su primer instrumento de alto nivel. También estima mucho una flauta que encontró en un anticuario de Sevilla hace años, una flauta de ocho llaves de la marca francesa Godfroy, de mediados o finales del siglo XIX, pues fue un hallazgo ocasional de un instrumento de primer nivel de su época.
Como consejo para los que se quieran dedicar a este instrumento, nos cuenta que lo principal, como para cualquier cosa, es amar aquello que se hace y estar dispuesto a realizar todo el esfuerzo y sacrificio necesarios para avanzar con ello. Evidentemente, siendo un instrumento musical es muy importante tener cualidades musicales, oído, entonación, ritmo...Pero para la flauta en particular no hacen falta cualidades especiales.
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