martes, 24 de junio de 2014

Lote nº 116 de imágenes de casas construidas sobre la vía pública o pasajes

Foto nº 691. Pla de Santa María (Tarragona). Magi Durán Ceballos
Foto nº  692.  Pla de Santa María (Tarragona). Magi Durán Ceballos
Foto nº 693. Tarragona. Carla Tost.
Foto nº 694. Tarragona. Magi Durán Ceballos
Foto nº 695. Altafulla (Tarragona). Carla Tost
Foto nº 696. Altafulla (Tarragona). Carla Tost


Si queréis enviarnos fotos podéis hacerlo a:
mjfuster20@yahoo.es
¡GRACIAS!


martes, 17 de junio de 2014

Una colección de máscaras latinoamericanas




MASCARAS QUE  NO OCULTAN NADA (aunque tapen)
sino que DESCUBREN


Hoy os presentamos a Claudio Rama, un gran coleccionista uruguayo, que nos explica que lo que el colecciona son máscaras latinoamericanas. Se trata de máscaras etnográficas que representan tradiciones y culturas de los distintos países de la región. Se busca su autenticidad, es decir, que se trate realmente de máscaras que forman parte de alguna tradición, no las que se producen como objetos decorativos. Cuando comenzó a interesarse por este tema, juntaba máscaras de todo el mundo, por eso también tiene Claudio algunas decenas de máscaras de otros lugares, como Portugal, Africa y Tibet, pero después decidió concentrarse en las latinoamericanas.
El hacer uso de máscaras no es algo propio de todas las culturas y tradiciones latinoamericanas. Incluso hay países en los que en algunas fiestas están presentes y en otras no. Para saber un poco más de ellas, podemos empezar diciendo que la mayor parte de las máscaras son frontales, aunque hay muchas máscaras que tapan toda la cara. Incluso hay máscaras con dos caras para ser vistas de frente y por atrás. Algunas máscaras brasileras son piezas que ocultan todo el cuerpo en paja, mientras que en Paraguay se oculta el cuerpo con hojas de plátano.
Por lo que respecta al tema que se suele representar, digamos que hay algunas imágenes o personajes que están muy generalizados, como pueden ser las máscaras del diablos de los carnavales, las de toros en las fiestas, la de tigre en las fiestas campesinas o las de animales en las cosechas. Pero dentro de esta simplificación, existe una enorme diversidad de formas dependiendo de cada cultura. 
Las propias máscaras de diablos pueden ser de diablos cojuelos en la República Dominicana, mitológicos que agregan dragones en Oruro y Puno o mefistofélicos como en Panamá.
Las máscaras de animales son características de muchas tradiciones o fiestas, como en Ecuador y las tradiciones mayas, pero también hay diferencias, como ocurre en el "galo" de medianoche del Carnaval de Recife, que es para divertirse; o con un fin ritual de los chamanes en las máscaras de los indios cunas en Panamá.
Tampoco faltan máscaras de personajes históricos o de la vida cotidiana que han sido ironizados o recordados. Algunas máscaras de Costa Rica las llevan los ciudadanos caricaturizando a la policia. En Paraguay, hay máscaras que representan a los ancestros de las personas, y las guardan del mismo modo que actualmente atesoramos las fotos de nuestros antepasados.
En realidad, las máscaras tienen una gran diversidad de usos y funciones. En algunas se utilizan para contar historias como en Huejozingo o los Parachicos de Chiapas de Corzo. En otros, forman parte de los ritos, como las máscaras de la Huaconada de Mito; de peleas, como las máscaras de jaguares de Zingala; para jugar, como las máscaras de Toros de Guanaguato; o ironizar como los payasos de Ecuador. Muchas son parte de bailes y representan a diversos personajes como el Diablo  la China Supay en Oruro y Puno, o los Diablos de Yare en Venezuela, o de bailes como las que se usan en los carnavales de tantos lugares. La tradición de moros y cristianos tiene mucha presencia en algunas regiones, que se han transformado y la confrontación ha pasado a ser entre el cristiano y el diablo. 
El material más común en el que están hechas es la madera, lo que no impide que su aspecto sea muy diverso porque hay diferentes tipos de madera. De todos modos, es obvio que los materiales utilizados depende de lo que ofrezca el entorno. Las máscaras de las zonas mineras de Bolivia son de metal y las de la selva brasilera y venezolana son de paja y cestería. En algunas zonas rurales están hechas de hueso o de caparazón de animales o inclusive de pieles como las máscaras de los Yarituses en la zona de la chiquitania en Bolivia, donde las máscaras son de piel de cierzo y de león.
Muchas máscaras incluyen no sólo uno sino varios materiales en su construcción, como los Cocoricamos de República Dominicana que recurren al higuero, dientes y crines de burro o caballo, huesos de vaca y brea. Algunas de las mezclas más frecuentes son las de madera y pelos, madera y cuernos, papel maché y cuernos, o metal y pelo. Las plumas caracterizan a parte de las máscaras de los Guloyas de República Dominicana, los Yarituses de Bolivia y los Yanomanis en Venezuela. Hay una tendencia a la incorporación de nuevos materiales y a su industrialización, lo que lleva a que sean hechas en plástico, deteriorando totalmente sus características.  
Nos cuenta Claudio que las primeras máscaras que compró fue a mediados de los años 80, pero no fue sino a partir de los 2000 cuando tomó conciencia del placer y la diversión del coleccionismo. Finalmente, sin proponérselo, el hecho de querer conocer mejor las piezas que conseguía, le hacía descubrir regiones muy diferentes las unas de las otras y esto le ha ayudado a comprender y sentir la diversidad del continente latinoamericano, y también su complejidad. Ahora, su ilusión es formar una buena colección con la esperanza de poder mostrarla un día en un pequeño museo.  
A nuestro coleccionista le gusta cada una de las piezas que ha reunido, porque a todas ellas se suma, además de su propia historia, el esfuerzo que a él, personalmente, le ha costado conseguirlas. Algunas las pudo adquirir baratas, otras muy caras; algunas de casualidad y otros invirtiendo muchas horas de viaje y de persuasión. También tiene piezas regaladas, lo que les confiere un valor añadido. Como, además, unas le gustan porque son muy viejas y otras porque son muy raras, o por ser piezas que ya no se hacen, etc. pues se comprende que es dífícil para él decir cuál es su o sus favoritas. Lo que es seguro es que las últimas incorporaciones suelen ser las que más disfruta... hasta que llegan las siguientes.
Una colección espectacular, en la que cada pieza no sólo nos descubre lo que vemos, que ya es mucho, sino todo lo que tiene detrás: la historia de unos pueblos y su cultura.




miércoles, 11 de junio de 2014

Pins de fútbol


PON UN PIN


En esta semana se inicia el Campeonato Mundial de Fútbol 2014 y, para poner un poco de ambiente futbolero (como si nadie hablara del tema...), queremos presentaros a Carlos Isidoro España, un coleccionista argentino interesado, entre otras cosas, en los pins de fútbol.
Carlos está seguro que comenzó su colección el año 1989, aunque no recuerda exactamente qué día fue. Y, también sabe, que si se decidió a empezarla fue fundamentalmente por dos motivos bien precisos: el primero, es que le ha gustado el fútbol desde siempre. El otro motivo, es que se sentía magnetizado por los pins que veía cuando pasaba ante un escaparate comercial en la zona céntrica de Buenos Aires, cerca de donde trabajaba.
Los primeros ejemplares que consiguió, se los prendía en una gorra que se había comprado especialmente para coleccionarlos. Y es que las gorras es uno de los lugares favoritos para lucir los pins, además de los ojales de las solapas de las chaquetas o en los bosillos de algunas prendas. 
Desde que Carlos era un niño (con unos 7/8 años de edad) y por influencia de su padre, que fue un gran seguidor del Racing Club de Avellaneda, él también fue siempre un ferviente simpatizante de ese club. Actualmente, además, es uno de los directores de su Archivo Histórico junto a Luis Fernando Paso Viola, con el que están escribiendo algunos libros sobre la historia de dicha institución.
Nos explica Carlos que colecciona pins de fútbol en general, es decir, de clubes, federaciones, conmemorativos, partidos, mascotas... Ahora ya supera los 11.000 ejemplares.
Para conseguirlos recurre a varios procedimientos. Si son de Argentina conoce a un distribuidor que le tiene al tanto de las novedades que le van llegando, y también le provee de algunos de otros países de Latino América. Los de Europa los consigue gracias al intercambio con otros coleccionistas, pero si se trata de otros continentes, ya resulta más difícil.
Y, hablando del tema de los coleccionistas, nos cuenta Carlos que conoce a varios de ellos, pero que no resulta fácil realizar intercambios con frecuencia, básicamente por una cuestión económica, ya que a él no le es posible dedicar grandes cantidades a este asunto. La situación de nivel de ingresos en su país (como en muchos otros) es difícil en algunos sectores y con las colecciones hay que controlarse.
Preguntado por cuál es su pin preferido, nos dice que ese es siempre el próximo que quiere obtener. Aunque todos tienen lugar en su colección y reciben el mismo lógico cuidado y protección, lo que le gusta siempre es incrementar el material que posee. De todos modos, si tuviera que elegir algunos ejemplares en particular, se inclinaría por los originales británicos (aunque hay muchas copias que no suelen ser de la mejor calidad) y de los países de Oceanía.
La base de los pins es siempre metálica y sobre ella los colores son de esmalte a fuego o pintados (a veces, la pintura está recubierta con alguna resina). También los hay de plástico y de chapa, impresos, pero no resultan tan atractivos porque suelen ser de mala calidad.
La mayoría de los pins, Carlos los tiene identificados por países, en el caso de que se trate de clubes; los de federaciones nacionales están agrupados por continente, y los de partidos o torneos, por el tipo de competencia (los diferentes Campeonatos Mundiales, Copas, etc.). De algunos países, subdivide los pins por regiones o provincias por la gran cantidad que tiene de ellos.
Aunque procura tenerlos todos clasificados y ordenados, siempre hay algún remanente de los últimos pins que va recibiendo y que están pendientes de ser ubicados en su respectivo lugar en la colección.
Los motivos decorativos que aparecen en ellos pueden ser muy variados, todos los que uno puede imaginarse: iniciales, banderas, fechas de aniversario, medios de locomoción, animales, balones de fútbol, plantas o árboles, botellas, montañas, ríos, estadios... es imposible hacer una lista exhaustiva de las imágenes que pueden verse en un pin. Nos cuenta Carlos que los que ha mencionado son apenas un ejemplo de los más habituales. 
Por otra parte, recordemos que pin en nuestro idioma significa insignia y decimos esto porque a además del pin habitual se encuentran en la colección diferentes modelos de insignias, con diversos sistemas de cierre o enganchado, dependiendo fundamentalmente de su antigüedad y la función a las que están destinadas.
Entre las piezas "deseadas", esas que le gustaría tener, desde luego están los pins británicos que todavía no tiene, y que siempre están en su pensamiento cuando hace planes para incrementar la colección. También le gustaría conseguir algunos de los países de Oceanía, Asia y Africa, por la dificultad que hay de obtenerlos. De Europa, quisiera contar con algún ejemplar de Liechtenstein, porque no tiene ninguno de ese país. Así es que, ¡ánimo! si alguien de vosotros tiene "repes" de ese país, poneros en contacto con Carlos. 
Aunque hoy hablemos solamente de su colección de pins, colecciona también otras cosas referentes al mundo del fútbol. Además, junto a su amigo Marcelo Chiarello, coleccionista especializado en figuritas o cromos de fútbol y sus sobres (aunque no solo eso), organizan exposiciones de material deportivo donde muestran lo que han conseguido reunir entre los dos, vamos, prácticamente de todo: camisetas, calendarios, cromos, fotos, sellos, tarjetas postales, medallas, banderines, etc.
Por cierto, en otra ocasión os presentaremos a Marcelo, sus colecciones y sus bonitos estampados sobre piedra. Pero ahora, mientras esperáis ver los partidos del Mundial, podéis visitar el blog de Carlos sobre los pins de fútbol de todo el mundo.  






martes, 3 de junio de 2014

Lote nº 115 de imágenes de casas construídas sobre la vía pública o pasajes

Foto nº  685: Torredembarra (Tarragona). Carla Tost
Foto nº 686: Reus (Tarragona). Magi Durán Ceballos
Foto nº 687: Torredembarra (Tarragona). Carla Tost
Foto nº 688: Reus (Tarragona). Magi Durán Ceballos
Foto nº 689: Torredembarra (Tarragona). Carla Tost
Foto nº  690: Torredembarra (Tarragona). Carla Tost
Si queréis colaborar en esta colección, podéis enviarnos fotos a:
mjfuster20@yahoo.es
¡GRACIAS!