sábado, 31 de octubre de 2015

Una colección de marca páginas puzzles



Dos,  tres, cuatro, cinco o más..



En PROCOLECCIONISMO ya hemos presentado a una coleccionista de marcapáginas y, como no queremos repetir ningún tema, hoy queremos presentaros a Contxi y Miquel, coleccionistas de marcapáginas, pero que nos van a mostrar solamente marcapáginas que forman puzzlesPero primero, vamos a conocer a nuestros coleccionistas.
Contxi y Miquel son una pareja muy amable que vive en Ripoll. Un día, allá por el año 2007, decidieron empezar juntos la colección de marcapáginas y unos ocho años más tarde, ya han alcanzado la cifra de 80.000 ejemplares. Empezaron guardando todo lo que caía en sus manos, pero pronto se dieron cuenta que había que poner límites porque ese campo es un mundo interminable. Así decidido, lo que hacen ahora es seleccionar editoriales, dedicándose preferentemente a las colecciones "culturales". También coleccionan  marcapáginas conmemorativos de los encuentros de coleccionistas, turismo y, por supuesto, todos los que ellos editan desde Associació MC col.leccion, además de los puzzles formados por marcapáginas, de los que ahora hablaremos.

Lo de editar sus propios marcapáginas fue una experiencia con la que empezaron en otra asociación en la que colaboraban. Fue entonces cuando les entró el gusanillo de editar y ahora siguen haciéndolo con ilusión, lo que es una buena manera de mantenerse en activo.
El marcapáginas tal y como ahora se conoce, tiene su origen en el siglo XIX. Anteriormente, para marcar la página de lectura, los libros solían presentarse con una cinta de seda unida al tomo, que sobresalía unos dos centímetros de la longitud del mismo, lo que permitía encontrarla con facilidad permitiendo abrir el libro por la página señalada.
Fue con la aparición de ediciones de bajo precio que se optó por suprimir este accesorio. El encontrar el modo de llegar a la página donde se ha suspendido la lectura, depende del ingenio de los lectores, que no siempre se han mostrado muy acertados. A veces se han inclinado por doblar las esquinas de las hojas, otras por dejar los libros abiertos, o poner entre las páginas algo que hace bulto... ¡con lo fácil, bonito y económico que es utilizar un marcapáginas para saber dónde nos hemos quedado!
Los primeros marcapáginas que se hicieron, más del estilo de los que conocemos actualmente, estaban hechos en pergamino, cuero, papel, y solían estar personalizados, pero pronto aparecieron los confeccionados en cartulina, más baratos y que permitían incorporar anuncios de artículos diferentes. También se ha utilizado esa superficie de los puntos de libro, para lanzar mensajes de diferente contenido a todo tipo de lectores, ya sean proclamas patrióticas, mensajes religiosos, etc.  
Por lo que se refiere a los marcapáginas que forman puzzles hay que saber que se vienen haciendo desde antaño. Como todos sabéis, se trata de componer una imagen a partir de fragmentos de esa imagen contenidos en distintos marcapáginas. Los hay de diferente número de piezas, desde aquellos que se resuelven uniendo dos puntos de libro, hasta los que se necesitan varios de ellos, 3, 4, 5, 6... En la actualidad gozan de gran popularidad y se encuentran fácilmente, de hecho lo coleccionistas ya miran el reverso y anverso del marcapáginas para ver si forma parte de un puzzle, algo que antes  no era frecuente, sino más bien excepcional.
Conxi y Miquel nos hablan del más antiguo que ellos tienen. Se trata de uno que les tocó en un sorteo que se suele hacer durante la comida de los encuentros de coleccionistas (propaganda de la lotería nacional francesa) aunque no recuerdan exactamente de qué año es.
La Asociación en la que colaboran, es una asociación sin ánimo de lucro, que tiene como objetivo, entre otras cosas (viajes culturales, exposiciones y encuentros de coleccionismo), en resumen, expandir la cultura aunque sólo sea por medio de marcapáginas.
Los últimos ejemplares que han hecho pertenecen a la colección titulada COL.LECCIÓ D'ART, dedicada al Dibujo, Pintura y Escultura. Presenta en doce meses a doce artistas, con un puzzle mensual de 5 marcapáginas, para lo que han colaborado artistas aficionados, amateurs y profesionales de la Comarca del Ripollés.
También hicieron una colección sobre el Patrimonio Modernista de Ripoll; sobre el conjunto románico del Valle de Bohí, Patrimonio Mundial de la Humanidad; sobre el románico del Valle de Arán; la Portalada del Monasterio de Ripoll, promocionándola para que se incluya como Patrimonio de la Humanidad; una colección de carteles de películas; otra sobre dibujos en pirogabado de El Quijote; una colección sobre la vida "Mártires Claretianos de Barbastro", etc.
Os recomendamos que no os perdáis su blog, el de Contxi y Miquel, que os mostraran sus bonitos marcapáginas, y donde podréis encontrar  mucha información sobre coleccionismo y también, el espíritu de compañerismo y colaboración que caracteriza a los buenos coleccionistas como ellos. 



viernes, 16 de octubre de 2015

Una colección de carruseles y cajas de música


Música    y      MOVIMIENTO

En Procoleccionismo tuvimos ocasión de hablaros hace ya algunos años, del coleccionista vasco Fernando Fano y su colección de molinillos de café. En esta ocasión, nos hará conocer un tema bastante distinto, que seguro que también os interesará: los carruseles y las cajas de música.
Nos cuenta, que es una colección reciente, pues la primera pieza la consiguió en el 2009 y no fue hasta el 2014 cuando decidió tomársela en serio. Desde luego, así lo ha hecho, porque ya cuenta con 84 preciosas piezas. 
¿Qué es lo que le llama la atención de estos objetos? pues fundamentalmente su singularidad, la música que producen, el movimiento que desarrollan y también los detalles de fabricación.
El mecanismo que los hace funcionar, no es siempre el mismo. Por un lado, teniendo en cuenta el modo de accionarlos, están los aparatos de cuerda, que probablemente sean los más extendidos y populares, y que generalmente reproducen solo una preciosa melodía. Dentro de este tipo de mecanismos, se pueden encontrar los más normales de 18 notas, hasta los más complejos de 50 ó más notas, y que permiten desarrollar más de una melodía, o melodías más complejas.
Por otra parte, también existen los mecanismos eléctricos, que funcionan ya sea gracias a unas pilas, con adaptador de corriente o con ambas posibilidades. En estos aparatos eléctricos se puede contar con reproducciones más extensas de melodías, teniendo en algunos casos la posibilidad de disponer hasta de 50 melodías en el mismo carrusel o caja, o incluso de seleccionar el tipo de melodía (populares para todo el año, de Navidad..). El sonido de ambos mecanismo es muy diferente y se distinguen con facilidad.
Si hemos visto las diferencias de las cajas de música por lo que respecta al modo de accionarse y al sonido, en cuanto al movimiento también se aprecian muchas modalidades, pues están en función de la figura o elemento que esté asociado al mecanismo musical. En el caso de los carruseles, que son principalmente tiovivos y norias, el movimiento imita a los de verdad, a escala pequeña.
En personajes, escenas, paisajes, el movimiento puede darse solo en alguna de sus partes. También pueden llevar efectos luminosos. 
Pero, hemos llegado hasta aquí sin explicar qué es exactamente (o más o menos), una caja de música, así es que vamos a ello. Se trata de un instrumento musical mecánico que funcionan por medio de unos remaches o dientes colocados en un cilindro giratorio o  disco, que al alzar y soltar las láminas afinadas de un cepillo o teclado de metal, producen el sonido.
Los mecanismos musicales tienen sus orígenes en el siglo XVII, cuando los carrillones, que ofrecían música con el sonido de las campanas empezaron a incorporar figuras que se movían. Posteriormente, se empezaron a fabricar relojes con música. Durante muchos años los suizos fueron los grandes exportadores de estos artilugios para todo el mundo. Aunque otros países aportaron pronto su técnica y su imaginación, como Bohemia, Alemania, Italia, Inglaterra... 
Fernando ahora compra casi todo en USA y Reino Unido, pues allí estas piezas son muy populares sobre todo en las fiestas navideñas, pero también tiene de Japón, Francia, China, y, por supuesto, de España. 
Entre los fabricantes que gozan de prestigio y son muy conocidos, se pueden citar varios, entre ellos: 
- Mr. Christmas, un fabricante chino que fabrica desde 1933 artículos para la decoración navideña, y dispone de gran variedad de carruseles y cajas de música. Exporta a través de distribuidores en USA y Reino Unido y se pueden encontrar algunas piezas en España.
- Enesco es un fabricante norteamericano, que dispone de un amplio abanico de artículos de porcelana y que incluye en su catálogo figuras, carruseles y todo tipo de cajas de música de gran calidad.
- Charles Reuge es una empresa suiza fundada en 1865, que además de sus conocidos relojes de bolsillo se especializó en mecanismos musicales que fueron incorporados en los más diversos artículos, como joyeros, polveras, encendedores, autómatas, cajas musicales, sin olvidar sus muy apreciados pájaros cantores mecánicos.
- Lemax, es una marca alemana líder mundial en casitas pintorescas, coleccionables, atracciones de feria, etc. con lo que se pueden formar pueblecitos con luz, música y movimiento de diferente temática.
- Sin olvidar algunos fabricantes conocidos de juguetes como Fisher Price, Feber o Famosa, que entre sus productos ofrecen famosos carruseles musicales.
Como buen coleccionista, Fernando asegura no tener preferencias entre las piezas de la colección, porque por una u otra cosa casi todas tienen un significado especial para él,  pero si es cierto que hay alguna de la que no se desharía fácilmente, como es  la número uno de la colección, una pequeña caja musical francesa a cuerda que representa un molinillo de café donde una familia de ositos va realizando la molienda al son de la conocida melodía "Para Elisa". Como también colecciona molinillos de café, pues resulta una pieza ambivalente, que sirve para las dos colecciones.
Otra, por la que tiene especial predilección es una figura que funciona con pilas y representa a un abuelo sentado en su mecedora fumando una pipa, junto a un precioso reloj alto con péndulo, que va anunciando cada hora, al ritmo de la melodía "The syncopataed clock". Está realizada en porcelana y pintada a mano.
Y un symphonium de madera con escenas de salón de baile con luz y animación, que reproduce 20 melodías diferentes mediante discos intercambiables.
Y entre los carruseles le gusta mucho un pequeño tiovivo que funciona con corriente, y es muy detallado. Lleva 4 personajes montados en sendos caballitos que giran animados moviendo sus cabezas y patas al ritmo de 50 melodías seleccionables.
Nos cuenta Fernando que el precio de estas bellezas es muy variable, pues como pasa en todas las colecciones hay piezas baratas, caras y muy caras. Podríamos estimar que los precios que el coleccionista "normal" encuentra en el mercado, oscilan entre los 10 y los 1000 euros, por dar una idea.
Y si queréis disfrutar un poco con la magia de estos instrumentos musicales, podéis mirar los videos que tiene colgados Fernando en youtube, que son muy bonitos. No hace falta que pongamos todos los enlaces, porque los podéis encontrar fácilmente, pero para que no perdáis ni un segundo, aquí van un par de ellos para "degustarlos" ¡ya!:
https://www.youtube.com/watch?v=Aho0OVZhbUk
https://www.youtube.com/watch?v=BhW7OA0EF_E
 




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lunes, 5 de octubre de 2015

Una colección de libros de Julio Verne



Dirigibles, ballenas, selvas, submarinos, la Luna, elefantes, naufragios, hielos...
 
Manel Ricart tiene una colección fantástica, y nunca mejor adaptado un calificativo a un tema, porque lo que él colecciona son libros de Julio Verne y, también, todos aquellos otros, de diferentes autores, que guarden alguna relación con la obra de Verne.
Julio Verne es el autor más traducido universalmente, después de Agatha Christy, así es que prácticamente lo coonoce todo el mundo. Pocos datos biográficos bastarán para situarlo en el tiempo y lugar donde vivió.
Nació en Nantes en 1825 y falleció en Amiens, en 1905. Su familia tenía una buena posición social porque su padre era abogado, pero él, que se vio obligado a estudiar la carrera, no tenía ninguna intención de seguir los pasos de su progenitor, porque quería dedicarse a la escritura. Visto que su padre no aceptaba este cambio de planes, decidió marcharse a París para vivir por sus propios medios, lo que significó mal vivir durante varios años.
Con la colección o serie de obras que obtuvo un verdadero éxito, después de sus intentos como poeta y dramaturgo, fue con "Viajes extraordinarios". Esta serie comenzó con "Cinco semanas en globo" en el año 1862, y se dejó de publicar en el año 1918, con "La impresionante aventura de la misión Barsac". Los últimos títulos salieron a la luz una vez fallecido Julio Verne  (1905) y su hijo intervino bastante en la corrección de esas obras, incluso parece ser que fue el único autor de la última publicada. Fueron un total de 54 títulos, entre ellos, algunos tan populares como "Viaje al centro de la Tierra", "20.000 leguas de viaje submarino", "La vuelta al mundo en 80 días", "Los hijos del Capitán Grant", "La Isla misteriosa"... muchas novelas que han quedado en la memoria colectiva.
Manel empezó con la colección en el año 2005 y ahora ya no está solo en eso, porque Dolors "la vive" tanto como él y la comparte. Actualmente han alcanzado la cifra record de más de 1700 libros dedicados a este tema.
El por qué empezó nuestro coleccionista a interesarse en Julio Verne se debe a un motivo un poco especial. El se dedica a montar espectáculos de marionetas y, con ocasión del centenario de la muerte del autor, pensó que sería oportuno ofrecer algo suyo. Para seleccionar la obra que mejor se ajustara a las representaciones en teatros y bibliotecas, empezó a consultar y comprar todo lo que encontraba sobre Verne, y así fue como sin darse cuenta se encontró a bordo de un dirigible extraño, que le paseó por el mundo, de arriba a abajo, de la mano de la ciencia y la fantasía. 
Porque eso es precisamente lo que Manel aprecia más en la producción de su autor favorito,  el espíritu aventurero de los protagonistas y su afán de superación. También le gustan mucho las descripciones de los lugares geográficos  donde transcurren las novelas.
Entre los personajes que prefiere, figura Mathias Sandorf , un noble magiar que lucha por la libertad de su patria, y su obra favorita es una no muy conocida, "Las aventuras de la familia Ratón".
Con el paso del tiempo Manel se ha ido interesando, además de por los libros, por toda una serie de cosas relacionadas con ellos, como pueden ser artículos de prensa, cromos, sellos, folletos de cine, etc. sin embargo los aspectos de la vida personal de Verne no le llaman especialmente la atención. Sí que se ha documentado sobre su biografía, pero a grandes rasgos, porque lo que verdaderamente le gusta es su producción literaria.
Para conseguir nuevos ejemplares, Manel y Dolors hacen lo habitual: tiendas y mercadillos de segunda mano, comprar por internet y en vacaciones procurar viajar al extranjero para poder adquirir versiones en idiomas distintos.
A Julio Verne se le considera precursor de la ciencia ficción, lo que quizás a él no le hubiera gustado demasiado, porque lo que intentaba siempre era fundamentar las visiones que su imaginación le ofrecía, en datos científicos. Desde muy joven parece ser que ya coleccionaba artículos relacionados con la Ciencia, y esa fue verdaderamente una de sus pasiones. Es sorprendente la precisión con la que predijo algunos sucesos.
El viaje a la Luna, que publicó en dos partes "De la Tierra a la Luna" y "Alrededor de la Luna", presenta varias coincidencias con el viaje del Apolo 8 en el año 1968. Por ejemplo, fue una misión llevada a cabo por los Estados Unidos, que partió desde Florida llevando a bordo a tres astronautas. Escaparon de la gravedad terrestre a una velocidad de 11 km por segundo e invirtieron en el viaje de ida 150 horas, aunque no pudieron aterrizar allí y tuvieron que regresar a la Tierra después de haber dado varias órbitas alrededor de nuestra planeta. Eso es lo que se llama visión de futuro.
Aunque Manel no conoce
a otros coleccionistas de este tema, sí que están en contacto con la Sociedad Catalana de Julio Verne, que vela por el conocimiento y la difusión de la obra del autor.
Julio Verne no fue feliz al final de su vida, suponiendo que lo fuera antes, y el desencanto que se adueñó de él lo plasmó en sus últimas obras, pero para entonces, millones de lectores ya se habían apasionado, y lo siguen haciendo, con las aventuras que él había imaginado y sus personajes. Los héroes de sus novelas derrochan inteligencia, ingenio, optimismo, valor y muchas otras cualidades.
Muchas de estas historias han sido llevadas al cine, como "Miguel Strogoff", "La vuelta al mundo en 80 días", "Las tribulaciones de un chino en China", etc. en ocasiones existiendo de ellas diferentes versiones. 



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