miércoles, 11 de abril de 2012

Una colección de naipes


No eches las cartas ¡guárdalas!
En el año 1962 Juan Carlos Ruiz, cuando tenía sólo 15 años de edad, empezó a trabajar en la famosa empresa de naipes de Heraclio Fournier de Vitoria y, desde el mismo año, comenzó a coleccionar barajas. Eso sí, al principio se tomaba la colección con calma. Trabajar en esa empresa, le dio la oportunidad de conocer de cerca un tema que le pareció siempre muy entretenido e interesante. Considera que ha sido una persona privilegiada, por haber podido trabajar profesionalmente en algo a lo que también ha dedicado su tiempo libre: los naipes. Actualmente, está contento y orgulloso de que, gracias a esta afición, y con mucha dedicación y mucho esfuerzo, ha podido hacer realidad lo que es un sueño para casi todos los coleccionistas: dedicar un museo a su colección. Este museo que se inauguró hace diez años, concretamente en el 2002, se encuentra en la bonita ciudad de Oropesa de Mar, en la provincia de Castellón, y es uno de los sólo ocho museos dedicados a este tema que se encuentran repartidos por el mundo, y el único privado, pues pertenece a Juan Carlos y a su esposa. Pero antes de ofrecer más información sobre todo lo que se puede contemplar en el museo, hablaremos de cómo y cuándo empezó la colección, y de la naturaleza del objeto que se colecciona, los naipes.
La historia de los naipes es muy curiosa, con una trayectoria de siglos. Hay que decir que son conocidos universalmente y que se atribuye su invención a los chinos, sosteniendo este argumento por el hecho de que fue allí donde se inventó el papel en el siglo I, en Europa se empezó a fabricar 1000 años más tarde. Las primeras referencias documentadas datan del siglo XIV, y podemos recordar entre ellas la mención que el poeta Jaume March hizo en el "Diccionario de la Rima", del año 1371, donde aparece por primera vez el nombre "naip". En el Museo Británico hay un manuscrito de 1377, de un monje alemán, que menciona el juego de cartas como útil para enseñar, es decir, que se recomendaba usarlos para fines pedagógicos. Pero parece ser que no se debieron emplear sólo con fines didácticos, porque en Barcelona, el año 1382, se publicaron unas Ordenanzas que se encuentran actualmente en el Archivo Histórico de la ciudad, en las que se prohibía el empleo de los juegos de azar "no gos jugar a nengun joch de daus, ni de taules, ni de naips". En Valencia, dos años más tarde, en 1384, el Consejo General de la ciudad también tuvo que prohibir "el novel joch apellat dels naips". De la internacionalización del juego nos da idea una crónica aparecida en Viterbo (Italia), en el año 1379, que trata del "Giocco della Carta" y una referencia a un manuscrito de la notaria de Laurent Aycardi de Marsella (Francia) del año 1381.
Lo que es seguro, por lo que respecta a la recomendación de jugar o no jugar a las cartas, es que, los naipoes, como casi todas las cosas en la vida, no son buenos ni malos, todo depende del uso que de ellos se hace.
Nos cuenta Juan Carlos que el valor de una baraja no solamente radica en su antigüedad, o en su estado, o en su rareza, o en el número de unidades que existen, para él las barajas más apreciadas son las que de alguna manera más le ha costado conseguir, y no se refiere a dinero, o aquellas que significan algo especial para él. Por poner un ejemplo, una de las que considera más valiosas es la que recbió como regalo de los presos de la cárcel de Castellón. Ocurrió que, en una visita que realizaron al Museo del Naipe, le comentaron que tenían prohibido jugar a las cartas, entonces Juan Carlos hizo algunas gestiones con un senador para que se les levantara esa prohibición. Cuando consiguieron poder jugar con barajas normales, los presos tuvieron el detalle de ofrecerle para el Museo la última baraja clandestina, fabricada por ellos mismo. La habían hecho con las tarjetas de plástico usadas para llamar desde las cabinas de teléfono.
El museo cuenta actualmente con unas 15.000 barajas de todas las épocas y de todos los países, citemos, por ejemplo, Nueva Zelanda, Tahití, egipto, Tailandia, Camboya, Vietnam, Irán, Siria, Turquía, Arabia, Marruecos, Argelia, Isla Mauricio, Estados Unidos, Japón, China, India, Países sudamericanos, Europa, etc. Como curiosidad podemos mencionar que hace pocos meses consiguió 6 cartas fechadas en 1556 en Toledo. También está depositada en el Museo la baraja más grande del mundo, que pesa 14 kgs y mide casi un metro. De todos modos, Juan Carlos nos confiesa que sus barajas favoritas cambian cada mes, pues son las últimas que ha conseguido. También le dan mucha satisfacción aquellas que recibe de personas que visitan el Museo y se han quedado gratamente sorprendidas por lo que allí han descubierto, entonces quieren contribuir con piezas que tienen en su casa y, algunas de ellas, son verdaderas reliquias.
El coleccionismo de naipes no está muy extendido, aunque día a día va ganando adeptos. Muchos de ellos gracias al Museo, que se renueva constantemente, pues además de las nuevas adquisiciones que van enriqueciendo la colección, cada mes se cambia alrededor de un 40% de los naipes expuestos, así es que siempre se ven cosas diferentes. También cuenta con una web "Museo del naipe", que os aconsejamos visitar. Y una web "naipe.coleccion.com" donde se ofrece información y barajas.
No podemos dejar este tema sin referirnos a algunos aspectos técnicos de la fabricación de los naipes. Primero se decoraban recurriendo al buen oficio de artistas pintores, hasta que en el siglo XV se industrializó su fabricación mediante la impresión xilográfica, técnica que consistía en imprimir mediante moldes de madera de boj o peral, grabados en alto relieve. Los colores se aplicaban por dos procedimientos: Morisca o Trepas. En 1832 Thomas de la Rue inventó en Londres un nuevo sistema de impresión llamado litografía, que sustituyó a la xilografía y, actualmente, la plancha de zinc y aluminio ha sustituido, a su vez, a la litografía.
Y una última curiosidad. Parece ser que los populares palos de la baraja española, Oros, Copas, Espadas y Bastos, que siempre se enumeran por este orden, representan los cuatro estamentos que componían la sociedad: la nobleza, el clero, la caballería y el grupo de los artesanos y campesinos. Y es que, ya lo decíamos, con las cartas se pueden aprender muchas cosas.

4 comentarios:

Boutiquedenancy dijo...

yo tambien colecciono cartas. No tengo tantas pero me encantan, solo que las mias son de tarot, que dan mucho juego y hay mucha imaginación entre los creadores.

jonasmartinel dijo...

y yo tambien los colecciono solo que guardo unicamente los de publicidad de bebidas; de cocacola,cerveza,vinos,licores.......y tambien recientemente he iniciado la coleccion de jokers

el museo tiene algun apartado especifico de este tipo

naipecoleccion dijo...

Vicky, la verdad que la colección de tarots es impresionante también, nosotros evidentemente, también los coleccionamos.

Gamellons nosotros coleccionamos todo tipo de artículos relacionados con el naipe, también tenemos de bebidas.... y...¡cómo me alegra encontrar a un coleccionista de jokers!!! hay muy poca gente que lo haga, yo tengo unos 500 diferentes.

Un saludo a todos y gracias por el reportaje.

Anónimo dijo...

Qué buen reportaje,me encantaría visitar vuestro,seguro,magnífico museo.Yo también colecciono barajas de cartas,pero solo de temática infantil,españolas y de todo el mundo.

Saludos!!!