GIRA, GIRA LA PEONZA
Óscar Llopis Olivas es un joven menorquín coleccionista de peonzas, trompos, picos, baldufas, boliches, peones, nolas, bailarinas, gallofas, bolos, piñolas, etc. que de todas estas maneras se denomina el mismo juguete, aunque no todo es exactamente lo mismo. Cuando un objeto ha sido, y es, tan popular a lo largo de los siglos, recoge la influencia de muchos pueblos y culturas y tiene muchas acepciones. Concretamente, en el caso del trompo podríamos decir que se trata de una variante de la peonza. Es un juguete de madera, que lleva una cuerda alrededor y, tirándola violentamente de un extremo del cordel sobre una superficie plana, se consigue que el trompo gire manteniéndose en equilibrio, es decir, que "baile". Por cierto, que a ese cordel en algunos lugares le llaman cuerda, en otros cimbel, hilo, cordón, azotillo, etc. De este juguete se han encontrado ejemplares que datan de 4.000 años a. C. y estaban hechos en arcilla. Precisamente el ejemplar más antiguo conservado es el que exhibe en el Museo Británico, data del 1.250 a. C y fue hallado en Tebas.
Además de las piezas que han llegado hasta nuestros días, tampoco faltan en textos antiguos referencias a las peonzas, lo que atestigua su gran difusión por todo el mundo. Por ofrecer algunos ejemplos de las menciones más conocidas que se han hecho sobre este juguete, podemos recordar que Aristófanes, popular comediógrafo griego, (444-383 a. C.) se declaraba gran aficionado a las peonzas; Platón (427-347 a. C.) recurrió a ella para su metáfora del movimiento; Virgilio ya hablaba de este juego en la Eneida; y Ovidio, la nombraba en varios de sus poemas. Catón el Mayor fue más lejos en su afición por las peonzas, porque intentó convencer a los romanos de que les resultaría más conveniente dejar de lado los dados y ponerse a jugar con ellas, aunque, hay que reconocer que en este caso no le sirvió de mucho su gran oratoria, porque no consiguió que se tuvieran en cuenta sus sugerencias.
Öscar empezó con esta colección el año 2007, cuando tenía 17 años. Y el motivo fue porque se encontró, por casualidad, con una peonza que le hizo recordar los buenos ratos que había pasado con ese juguete cuando era pequeño, y poco a poco fue enganchándose otra vez. Llevaba siempre encima una peonza, en la mano o por los bolsillos y jugaba con ella en los parques, en casa, en cumpleaños y fiestas y por todas partes. Un año más tarde se le ocurrió fabricar él mismo una peonza, así es que tomó un trozo de madera y le dio la forma conveniente con una moto sierra, luego con la ayuda de una lima le dio la forma redondeada y con una lija de papel la afinó. Después le dio unas pinceladas de aceite protector de madera y todavía la retocó con un par de pasadas de barniz para leña, consiguiendo que le quedara muy fina y redonda, por lo que se quedó muy satisfecho de su trabajo.
Nos cuenta Oscar que un hecho que resultó decisivo para animarlo más con esta afición, fue lo siguiente: justo cuando empezó a interesarse, descubrió un número de teléfono en un envase de una peonza de la marca Can cels. Era de un fabricante de Barcelona. Sin pensárselo dos veces, llamó por teléfono para obtener información y se quedó perplejo cuando, después de que les dijera que le gustaría tener algunas piezas de su firma le dijeron ¿cuántas quieres? a lo que él contestó "todas las peonzas distintas que fabriquen". Le pidieron sus señas de Correos y al poco tiempo le llegaron a su casa unas cién peonzas distintas.
Ese mismo año decidió comprarse un torno para fabricar peonzas y venderlas en los mercados de artesanos de Menorca. El tener piezas de su creación le resulta muy útil para intercambiar.
Existen, nos cuenta Oscar, básicamente tres estilos de peonzas: las de estilo turca, que tienen una punta de hierro para que bailen más rápido y con equilibrio. Estilo trumpitxus, o peonzas de dedos, sin punta de hierro, enteramente de madera, que se hacen bailar con los dedos, el pulgar y el índice. Hay que apoyarlas en el suelo sobre la superficie lisa. Estilo especial, que llevan una chincheta en la punta y el cuerpo es de madera. Actualmente todos estos tipos se hacen de distintas formas (no solamente redondas sino cuadradas, etc) y en todo tipo de materiales, como plástico, cristal, hierro, papel, piedra, hueso, porcelana...
Existen, nos cuenta Oscar, básicamente tres estilos de peonzas: las de estilo turca, que tienen una punta de hierro para que bailen más rápido y con equilibrio. Estilo trumpitxus, o peonzas de dedos, sin punta de hierro, enteramente de madera, que se hacen bailar con los dedos, el pulgar y el índice. Hay que apoyarlas en el suelo sobre la superficie lisa. Estilo especial, que llevan una chincheta en la punta y el cuerpo es de madera. Actualmente todos estos tipos se hacen de distintas formas (no solamente redondas sino cuadradas, etc) y en todo tipo de materiales, como plástico, cristal, hierro, papel, piedra, hueso, porcelana...
Óscar, de momento, tiene más de trescientas piezas diferentes. Ha participado ya en algunas exposiciones. Procura documentarse lo mejor que puede y aprender todo lo posible sobre las peonzas porque, muchas veces, la gente le pide información sobre ellas y a él le encanta poder ofrecérsela. Cuando lo ven con sus peonzas, también le preguntan qué es lo que sabe hacer de especial con ellas. La verdad es que cuando comenzó con todo ésto, apenas sabía manajarlas, pero ahora se ha entrenado bastante y ya sabe sorpreder a su público con trucos, lanzamientos, juegos. Eso y que los niños se animen a jugar, es lo que más le gusta a Oscar. Esa es la razón por la que se ha convertido en monitor de peonzas, es decir, enseña a manejarlas, y no sólo a la gente joven, sino que también acuden a él padres y hasta abuelos. También va a institutos, escuelas, parques u otros lugares públicos para dar a conocer este juego.
Otro tipo de peonzas bastante popular son las llamadas de manos, con las que se utilizan las palmas de las manos para imprimir el impulso que las hará bailar, lo que se consigue frotando el eje vertical que suele ser bastante alto. Y, para terminar, queremos referirnos a la perinola, una peonza de tamaño pequeño, que se ha utilizado siempre para los juegos de azar y para realizar profecías y adivinanzas. Antes tenía cuatro caras, pero ahora suele presentarse con más.
Óscar tiene un blog donde podréis conocer mejor su colección y estar al tanto de sus actividades. También se pueden seguir los pasos de la fabricación de peonzas. A él le gustaría ganarse la vida dedicándose por entero a su juguete favorito, pero dice que todavía no lo ha conseguido. Animo, Óscar, hemos lanzado la perinola para conocer tu futuro y nos ha salido la palabra "éxito"... (Y esta es su dirección de contacto: ARTESANO8@GMAIL.COM)
3 comentarios:
Es preciosa esta coleccion Felicidades!!
Y felicito a la creadora de la pagina. Cada dia te superas.
Un abrazo
Gracias por ver la información sobre mis peonzas, si os interesa contactar con migo os dejo mi correo: menorcaylaspeonzas@hotmail.es
saludos.
Buenisimo
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