domingo, 22 de julio de 2007

Una colección de mapas antiguos

Esta es una colección muy especial. Siempre decimos que cualquier colección puede resultar interesante y muy didáctica, pero los mapas... Con sus colores y perfiles nos hablan de historia, de política, de geografía, de ciencia y de tantas cosas que un coleccionista sabe reconocer. Queremos darle las gracias a José Manuel Bayod por hablarnos de su colección de:



MAPAS ANTIGUOS




Los mapas antiguos son objeto de coleccionismo por parte de algunos chalados que los consideran fascinantes, entre los que me encuentro. Puede uno imaginar motivos variados para iniciar una colección así. La mía es una colección de mapas antiguos en los que aparece la villa de Belmonte, situada en la provincia de Teruel. Como la localidad no es muy grande que digamos (en la actualidad tiene algo más de 100 habitantes) y mi interés principal está en mapas de toda la Península Ibérica en los que figure, la colección no puede ser muy amplia, afortunadamente. Pero ya se sabe que uno de los grandes placeres de un coleccionista es el hallazgo de objetos nuevos, y que sea difícil encontrarlos no hace sino añadir interés a su búsqueda.

Estamos hablando de mapas originales, de los que se produjeron a partir de la invención de la imprenta. Se pueden conseguir en rastros, en tiendas de anticuarios, en ferias o en subastas. En el pasado se procuraba que el mapa fuese una pieza con valores estéticos, por lo que algunos de ellos pueden perfectamente decorar las paredes de nuestra casa. Además, en su momento representaron la vanguardia del conocimiento y la imagen que se tenía de una zona del mundo. Un mapa de hace 400 años es un papel antiguo que ha venido dando información a muchas personas, probablemente de distintas regiones del mundo.

En esto, como en tantos otros asuntos, la aparición de internet ha producido un vuelco en el mercado. Gracias a las posibilidades que ofrece la red para un intercambio o un comercio de este tipo, una legión de nuevos coleccionistas ha surgido como de la nada. Y dado que en el caso de los mapas antiguos resulta imposible producir nuevos artículos para la venta, la consecuencia para los precios es fácil de imaginar.

Personalmente, siento una inclinación especial por los mapas de Abraham Ortelius, cartógrafo flamenco del siglo XVI que es el inventor del concepto de atlas. Nunca antes se habían editado libros como los que ahora llamamos atlas. La precisión (para la época) y la belleza de los resultados hace de los mapas de Ortelius verdaderas joyas dignas de ser contempladas. Información muy completa acerca de estos mapas puede verse en http://www.orteliusmaps.com/. La imagen que acompaña a estas líneas es la de un mapa de España de Ortelius impreso en 1570.

La International Map Collectors Society, http://www.imcos.org/, es la mayor asociación internacional de chalados que se dedican a coleccionar mapas.