miércoles, 25 de julio de 2012

Una colección de moluscos

Con la casa a cuestas


Jose Lietor, de Jaén, es un coleccionista de conchas de moluscos actuales (no fósiles) de todos los ambientes (agua dulce, terrestre y marino) y de todo el mundo. Es Doctor en  Biología, especializado en Medio Ambiente y Educación Ambiental. Tiene una web "El rincón del malacólogo" donde, además de mostrar parte de su colección, ofrece un lugar de encuentro para los malacólogos de todo el mundo.  Precisemos que la Malacología es la rama de la zoología encargada del estudio de los moluscos. Y, recordemos, que los moluscos son los invertebrados más numerosos después de los antrópodos, y entre los que podemos encontrar desde almejas, a ostras, calamares, pulpos, babosas o caracoles, por citar algunos de los más conocidos. 
Jose empezó con esta colección en una fecha bien precisa: agosto de 1993. Y el lugar donde decidió iniciarla,  también está bien determinado, fue en la playa del Bil Bil, en Benalmádena (Málaga). Desde entonces, que ya han pasado unos cuantos años, pero sobre todo gracias a  su dedicación, Jose ha conseguido reunir una colección de, aproximadamente, unas 7000 especies, entre 15.000 y 18.000 ejemplares. Nos cuenta que unas de las cosas que encuentra más interesante en estos animales, además de su enorme biodiversidad, es su capacidad para haber ocupado todos los nichos ecológicos del Planeta. Puede decirse que han colonizado todos los ambientes, desde las grandes alturas hasta las mayores profundidades oceánicas. 
Precisamente, como Jose se dedica profesionalmente a la educación ambiental, procura utilizar lotes de su colección para concienciar a los ciudadanos sobre la necesidad de luchar contra uno de los principales problemas a los que se enfrenta la humanidad: la pérdida de biodiversidad. Los moluscos, por su tremenda belleza y su gran diversidad constituyen un vehículo para alcanzar ese propósito. Dentro de este interés de nuestro coleccionista por fomentar y divulgar el concepto de educación ambiental, se encuentra un nuevo proyecto turístico que está desarrollando con un grupo de amigos. Sería su objetivo ofrecer a todo el mundo la posibilidad de visitar diversas localidades del sureste español, para conocer el hábitat y observar diversas especies de moluscos, la mayoría endémicos.
La verdad es que hay muchas personas interesadas en este tema, y ésto, que en principio es algo bueno, puede acarrear algunos inconvenientes, derivados del afán de acaparar de los coleccionistas. Es por eso que Jose dedica en su web un capítulo especial a la ética del coleccionista de moluscos. Insiste en que, cualquier actividad coleccionista que se lleve a cabo en la naturaleza debe ser escrupulosamente respetuosa con ella y siempre hay que procurar dejarlo todo como estaba antes de nuestro paso. Si se cogen conchas, procurar que no sean muchas por especie, sobre todo si se trata de especies endémicas y/o raras. Y por supuesto, nunca capturar ejemplares vivos, ya que para este tipo de coleccionismo se tiene la suerte de que lo que interesan son las conchas que dejan cuando mueren, casi siempre en perfecto estado, así es que es innecesario sacrificar al animal.
Jose procura conseguir nuevos ejemplares cuando viaja, aunque reconoce que la mayor parte los obtiene gracias a los intercambios que lleva a cabo por internet. Y, hablando de coleccionismo, no podemos olvidar que desde antaño ha habido grandes coleccionistas malacólogos y también conquiliológos (una rama de la Malacología). La belleza y rareza de estos animales ha hecho que el hombre siempre se haya interesado por ellos. Han llegado hasta nuestros días collares de conchas hechos en la Edad de Piedra y, a lo largo de la Historia, han constituido siempre una apreciada materia prima para realizar adornos y joyas. Posteriormente se despertó el interés científico por este tema y fue el inglés, Martin Lister, quien entre 1685 y 1692 publicó el primer libro detallado de conchas, con más de 1000 planchas de grabados.  En los siglos XVIII y XIX, museos e instituciones científicas fomentaron y pusieron en valor este coleccionismo, gracias a lo cual ha sido  posible que sea este grupo de animales uno de los mejor estudiados. 
Y para saber más del tema, no os sugerimos visitar mares y playas, sino, simplemente, pasaros por la web de Jose, donde entre otras cosas encontraréis consejos de cómo iniciar este colección, limpiar las piezas, etc. Por cierto ¿os hemos dicho dónde las guarda él? nos cuenta que como no se puede permitir encargar muebles específicos, las tiene en unos muebles de oficina  que le van muy bien. Para mantenerlas en perfecto estado, recomienda depositarlas en un lugar seco y poco iluminado. Nos dice también, que siempre es preferible guardarlas en cajones cerrados que tenerlas expuestas a la luz natural o artificial.

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