Para muestra
vale un...
BOTÓN
... La colección de botones militares que nos ocupa, pertenece a la Asociación Cultural "Aula Militar Bermúdez de Castro". Esta institución, que no depende del Ministerio de Defensa, pues es de carácter civil y militar, se creó en el año 1997. El Aula Militar es propietaria y gestiona el Museo de Historia Militar de Castellón, y su fondo museístico y documental está repartido entre la sede de la institución y dicho museo. Centra su atención en los diferentes acontecimientos históricos-militares ocurridos en Castellón y provincia, y no sólo eso, sino también aquellos otros acontecimiento en el que destacaron castellonenses.
La colección de botones militares se ha formado gracias a varias donaciones privadas y, también, a hallazgos que han tenido lugar en el curso de investigaciones efectuadas en antiguos campos de batalla. La primera de esas donaciones fue la que hizo el señor Ricardo Pardo Camacho, coronel en reserva, que donó toda su colección personal el año 2003. Posteriormente, el Museo ha recibido otras importantes aportaciones de coleccionistas y ciudadanos de Castellón. Hay que precisar que, aunque en la mayoría de los casos se trata de donaciones, también hay algunas piezas que han sido cedidas en depósito. Y otro hecho a destacar es que, tanto las piezas que se han dado como aquellas que se han cedid0, pertenecen mayoritariamente a vecinos de Castellón y provincia, aunque, excepcionalmente, también se han recibido en el Museo donaciones de personas de otros lugares.
Es importante precisar que los fondos del Museo están constituídos por más de 7.000 piezas, pero se exponen sólo alrededor de mil. Y, dentro de esos fondos, la colección de botones alcanza las setecientas piezas, pero en las salas de exposición se muestra una parte reducida de ella. Aunque fundamentalmente se trata de una colección de botones militares, también hay algunos ejemplares de botones civiles.
Parece ser que, los primeros botones que se han documentado, se encontraron en el valle del río Indo y datan de hace unos 2.000 años. Se trataba de conchas talladas y perforadas y su función era meramente ornamental. Los íberos introdujeron la utilización de botones metálicos y, tanto griegos como romanos recurrían a ellos para sujetar sus prendas, a modo de broches. En la Edad Media los botones eran verdaderos objetos de lujo, que sólo podían permitirse unos pocos. Se fabricaban en cristal, caparazón de tortuga, marfil, oro, plata, incrustados de joyas. En el siglo XVII se forraban de tela; se hacían también con maderas exóticas como el ébano; o con cerámica, decorándose con bordados y esmaltes. En el XVIII ganaron terreno los de bronce, hueso, porcelana... Si en un principio los utilizaron más los hombres que las mujeres, a partir del siglo XIX, con la aparición de máquinas especializadas, los botones se empezaron a fabricar en serie, generalizándose su uso entre ambos sexos.
De los primeros botones militares que se tiene constancia en el Museo, son de algunos botones de madera del siglo XVIII que servían como distintivo de cada regimiento y, también, como condecoración.
Los botones de esta colección abarcan desde el reinado de Carlos III hasta el de Juan Carlos I, y testimonian tanto de los diferentes periodos históricos como de los episodios bélicos que tuvieron lugar: Guerra de la Independencia, Guerras Carlistas, Guerra Civil, etc. La primera parte de la colección la componen los comprendidos entre 1788 y 1885 y la segunda desde Alfonso XIII hasta la actualidad. Dentro de cada época, que suele corresponder a un reinado, se ordenan por Armas.
Como ocurre con todas las colecciones, nos comenta el Sr. Pardo Camacho, nuestro interlocutor, que todos los ejemplares son importantes, porque cualquier objeto histórico es excepcional en si mismo, tanto por su valor intrínseco como por la información que ofrecen. De todos modos, el Sr. Pardo cree que los más importantes para el Museo, son los que corresponden a las unidades militares que estuvieron combatiendo en la provincia de Castellón como, por ejemplo, un botón del Regimiento de Infantería de Línea, nº 44 francés, que es el regimiento que ocupó la plaza de Castellón durante la Guerra de la Independencia.
Antiguamente se fabricaban los botones en muchos lugares distintos de la geografía española, pero desde que se unificaron los modelos para Infantería, Caballería, etc. (hacia 1869, pues antes cada regimiento usaba un modelo diferente) la fabricación se centralizó en Madrid y Barcelona, aunque se siguieron fabricándose botones en algunas otras ciudades. El Museo es un lugar de encuentro para coleccionistas, donde periódicamente se organizan reuniones para amantes de los objetos encuadrados en el tema Militaria: armas, emblemas, condecoraciones, uniformes, etc. Y, desde luego, nunca pueden faltar los coleccionistas de botones, que son muchos.
Antiguamente se fabricaban los botones en muchos lugares distintos de la geografía española, pero desde que se unificaron los modelos para Infantería, Caballería, etc. (hacia 1869, pues antes cada regimiento usaba un modelo diferente) la fabricación se centralizó en Madrid y Barcelona, aunque se siguieron fabricándose botones en algunas otras ciudades. El Museo es un lugar de encuentro para coleccionistas, donde periódicamente se organizan reuniones para amantes de los objetos encuadrados en el tema Militaria: armas, emblemas, condecoraciones, uniformes, etc. Y, desde luego, nunca pueden faltar los coleccionistas de botones, que son muchos.
Le preguntamos al Sr. Pardo si es verdad que se degrada a un militar arrancándole los botones (escena que hemos visto en varias películas...), y él nos aclara que, actualmente, para degradar a un militar hace falta una sentencia judicial y el acto de arrancarlos es simplemente la notificación de la sentencia. Bueno, en Procoleccionismo no se va a degradar a nadie, al contrario, felicitar a todos los que han participado en esta iniciativa, la de dar a conocer una colección preciosa en un Museo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario