miércoles, 30 de julio de 2008

Una colección de belenes

Montar un belén





Andrés Fulgencio Estévez García nació en Güimar, un pueblo de la isla canaria de Tenerife. Ahora reside en La Laguna. Es coleccionista de belenes y belenista, que no es lo mimso, y ha conseguido reunir una de las colecciones más importantes de España y, probablemente del mundo, sobre este tema.

Han pasado muchos años desde que San Francisco celebrara en el año 1223, lo que se considera la primera Nochebuena con representación de un Nacimiento, y lo hizo allí en Italia, en una cueva de Greccio, cerca del convento donde vivía. Desde entonces, la creatividad de artistas y simples aficionados se plasma cada Navidad en la reproducción del espacio escénico de aquél acontecimiento, así como en las figuritas que le dan vida.

Nuestro coleccionista empezó a aficionarse a hacer belenes, al ver como cada año su padre preparaba uno, que después era visitado y apreciado por muchos amigos y paisanos suyos. Poco a poco fue involucrándose en la realización de los Nacimientos, y acabó apasionándose por todo ese mundo.

La colección que ha llegado a reunir, se compone actualmente de 1.542 obras y documentos, lo que supone varios miles de piezas procedentes de 159 países de todo el mundo, aunque esta cifra se modifica continuamente gracias a nuevas adquisiciones.

Colecciona escenas del Nacimiento, sobre todo tipo de soporte, como pueden ser las clásicas figuritas, tallas, iconos, pintura, libros, revistas, cajas, tapices, postales, ropa, bebidas, monedas, discos, etc. y en todo tipo de material: barro, madera, cristal, metal, resina, plástico, tela, escayola, hueso...

Empezó su colección comprando algunas obras escultóricas españolas, de Murcia y Olot. Pero, estos últimos años, gracias a internet, ha podido adquirir piezas de países donde nunca hubiera podido imaginar que las encontraría.

Ha conseguido algunos ejemplares muy valiosos, entre los que se puede destacar la pieza más antigua de la colección, que es una tablilla de tamaño muy pequeño, procedente de Egipto, que data del siglo VI o VII. También cuenta con un número importante de óleos, 54 exactamente, algunos de ellos de gran valor, así como algunos iconos remarcables.

Andrés ha puesto mucho trabajo y mucha ilusión en esta colección y nadie mejor que él sabe hasta que punto son interesantes algunas de las piezas que ha conseguido reunir, y no nos referimos solamente al valor material de las mismas, sino también a su originalidad y significado.

Su ilusión sería compartir todo lo que ha podido reunir con sus paisanos, por eso desde hace tiempo sueña con poder abrir un museo en su tierra, donde pudiera exponer dignamente toda la colección, pero los coleccionistas ya sabemos lo dificil que es motivar a las autoridades a que se tomen en serio una colección...

Así, pues, de momento tiene la mayor parte de ella almacenada en un depósito que le han prestado en Guimar, esperando que al final alguna institución pública o privada le ofrezca un local adecuado. No obstante, si no se le brinda ninguna oportunidad de exponer en Canarias, aceptará alguna oferta que le han hecho para llevar la colección a otro lugar de España.
Andrés tiene una web [http://www.andresbelenista-tenerife.com/] muy interesante, con mucha información, en la que explica desde sus técnicas para hacer belenes hasta las gestiones que ha llevado a cabo para intentar conseguir que le ayuden a hacer el soñado museo. También hay links para mostrar el trabajo de otros belenistas, datos biográficos, resultados de diferentes concursos, actividades sobre el tema, etc.

Nada, Andrés, ánimo y no te preocupes, tú sigue trazando caminos, levantando montañas, construyendo ríos y puentes, colocando pastores y estrellas, que tiene que ser estupendo poder crear mundos de la nada. Un día seguro que conseguirás exponer tu colección como se merece, en algún lugar donde será apreciada.



viernes, 25 de julio de 2008

Lote n° 21 de imágenes de casas construídas sobre calles y pasajes

Foto n° 121: Le Landeron (Suiza). M. J. Fuster
Foto n° 122: Bürgerstock (Suiza). M. J. Fuster

Foto n° 123: Barbaruens (Huesca). Mari Carmen Carrera

Foto n° 124: Barbaruens (Huesca). Mari Carmen Carrera

Foto n° 125: Casa Consistorial, Fuentes de Ebro (Zaragoza). Celedonio García

Foto n° 126: Zürich (Suiza) M. J. Fuster



Si quieres enviarnos alguna foto puedes hacerlo a:

mjfuster20@gmail.com

¡Muchísimas gracias!

viernes, 18 de julio de 2008

Una colección de marcapáginas


el

MARCAPÁGINAS



(para que no


te olvides...)


Los marcapáginas se utilizan para señalar la página del libro que estamos leyendo, así sabremos dónde tenemos que reemprender la lectura cuando volvamos a abrirlo.
Normalmente se trata de cartulinas rectangulares, aunque el material en el que están hechos puede variar (siempre que se consiga un grosor adecuado) y los hay de plástico, metal, tela, piel, etc. También la forma puede prestarse a fantasías y pueden ser redondos, triangulares, con siluetas recortadas...
Lucen, por lo general, dibujos o grabados pensados para la promoción de algún artículo o producto, la conmemoración de un evento o el recuerdo de un lugar, aunque también los hay que simplemente buscan el placer estético, sin otro mensaje en particular.

Mari Carmen Carrera colecciona marcapáginas o puntos de lectura (que también se llaman así), colección que le va como anillo al dedo a su profesión de bibliotecaria.
Nos cuenta que empezó a interesarse por los marcapáginas hace unos quince años, cuando estudiaba Filología Hispánica en Barcelona, pero entonces solamente guardaba aquellos que le llamaban un poco la atención, vamos, los que le gustaban más. Cree que muchos de los que consiguió en aquél periodo los tiene traspapelados entre las páginas de cuadernos y libros de estudio.
La idea de coleccionar le vino cuando hace seis años comenzó a trabajar como bibliotecaria, pero no fue hasta hace aproximadamente tres años cuando tomó la decisión de coleccionarlos en serio.

A partir de entonces, se planteó una estrategia para ir aumentando el número de sus marcapáginas y empezó a ordenarlos en álbumes de hojas magnéticas.

Los que ella prefiere son los que tienen alguna relación con bibliotecas, promoción de la lectura, librerías, museos, premios literarios. De todos modos, de momento los guarda todos y los va ordenando por temas (ya tiene 10 álbumes llenos), aunque sabe que llegará un momento en que tendrá que decantarse por algún tema concreto o por un tipo determinado de marcapáginas. Una colección requiere mucho tiempo para clasificarla y ordenarla y, además, ocupa un espacio del que no siempre se puede disponer en una casa.
Mari Carmen reconoce, de todos modos, que a pesar de que ordenar sus marcapáginas supone bastantes horas de trabajo, también es verdad que le proporcionan ratos muy agradables, pues le ayudan a relajarse y se lo pasa bien clasificándolos y colocándolos en su sitio.

Los adquiriere gracias a los intercambios que hace con un grupo de amigos que ha hecho a través de la red y, también, solicitándolos por correo electrónico a instituciones, editoriales, librerías, bibliotecas, etc. Además de ir por las librerías, que es donde siempre suelen tener.
Algunas veces también los compra, sobre todo si se trata de los turísticos, de museos y artesanales.
Ahora tiene la idea de dedicarse especialmente a coleccionar puntos de libro con y sobre flores, así que si alguno de vosotros tropieza con alguno de ellos... ¡ya sabéis quién estaría muy contenta de tenerlo!

Pero, volviendo al tema del orden, nuestra coleccionista dice que tenerlos correctamente ordenados es una tarea que no acaba nunca, siempre está en proceso, pues hay que ir revisando continuamente la manera cómo se tienen colocados para que no existan “interferencias”. Y dentro de cada clasificación es conveniente ir haciendo subdivisiones, para conseguir mayor precisión en la catalogación. Vamos, que se le nota que es una bibliotecaria eficiente.

Mari Carmen considera que su colección es muy modesta. Actualmente tiene unas 4.000 piezas, pero dice que eso no es nada comparándolo con las colecciones de algunos colegas suyos, que tienen cantidades espectaculares. Lo hemos podido comprobar asomándonos a la red, donde hemos podido encontrar, por ejemplo, la web de Olga, que tiene mucha información interesante y links de muchos coleccionistas.
En la biblioteca Sant Bartomeu de Alpicat, en la que está trabajando Mari Carmen Carrera, se convoca anualmente un concurso de puntos de libro para celebrar el aniversario de su creación, que coincide con Sant Jordi, y ella y su compañera de trabajo, que también es coleccionista de marcapáginas, aprovechan para organizar entonces una exposición de sus colecciones.

La clasificación que utiliza para sus marca-páginas es la siguiente:
entidades privadas y publicidad; organismos públicos; bibliotecas; librerías; promoción de la lectura; museos y monumentos; turismo; artesanales; editoriales; Sant Jordi y día del libro; ferias, encuentros y celebraciones.
Para fomentar la lectura entre el público juvenil, Mari Carmen ha creado un blog en el que se comentan libros y se abordan diferentes temas de interés, y donde también da a conocer colecciones. Para que no os olvidéis de visitarlo, lo señalaremos con un marcapáginas muy actual...




sábado, 12 de julio de 2008

Una colección de cerveza


marchando
una de...

CERVEZA



Eduard Casas Pesqué hace colección de todo tipo de artículos relacionados con la cerveza. Igual reune camiones de repartir cerveza (miniatura, por supuesto), que tapones corona, tapones de rosca, vehículos, libros y pins relacionados con la cerveza, en fín, todo lo que tenga algo que ver con el tema. Pero, empecemos por el principio la historia de nuestro coleccionista.
Nos cuenta Eduard que a él siempre le ha gustado coleccionar cosas. Ya de pequeño empezó a reunir décimos de lotería que le traía su padre y luego se dedicó a coleccionar sellos y también piedras, en fín, que le interesaron muchas cosas.

En realidad, la colección de sellos la empezó cuando ya fue un poco mayor. Se especializó en los posteriores a 1975 (reinado de Juan Carlos I), pero no le gustaba mucho el hecho de tener que comprar por obligación, cuando salían a la venta, los mismos sellos que compraban todos los demás coleccionistas.

Buscando su colección ideal, con la que pudiera identificarse mejor, llegó a coleccionar tarjetas telefónicas y pins. Pero, después, encontró algo que le llenaba más, y ese algo fueron las chapas de cerveza, aunque acabó ampliando su interés a todo tipo de artículos cerveceros.

Esta colección la inició ya más en serio en el año 1998, cuando cambió de piso y pudo disponer de más espacio para guardarla. De tapones de cerveza tiene en la actualidad más de 8.000, de los cuales unos 500 son de España.

De la colección de chapas, lo que más le gusta a Eduard es la gran variedad que existe de ellas y sus cuidados diseños.

Se conocen con el nombre de "chapas corona" las tradicionales chapas onduladas, generalmente de acero sin estaño, que pueden llevar o no un revestimiento de corcho o plástico en su interior. Permiten el cierre hermético de los envases de vidrio y se utilizan para las botellas de bebidas carbónicas pero, fundamentalmente, para las de cerveza.
Los tapones de rosca fueron una creación posterior a los de corona y comenzaron a utilizarse en España en los años 70. Anteriormente, incluso las botellas de litro llevaban tapones corona. Los de rosca se hacen de metal y también de plástico. Ultimamente están apareciendo en el mercado chapas tipo arandela de aluminio.

A la pregunta obligada de dónde guarda su colección, Eduard nos ha explicado que las chapas las pone en hojas especiales, diseñadas para las etiquetas de cava.
Las chapas de su colección proceden de diferentes países, pero sus preferidos son Australia, Estados Unidos y Bélgica. Y las marcas por las que tiene una debilidad también las sabemos: Guinness, Anchor y la mayoría de producción belga.

Ultimamente ha comenzado a escanear las chapas y ya tiene más de 5000 catalogadas, pero aún le faltan otras 3000, para completar el inventario.

Eduard tiene una estupenda web dedicada a su colección y también un blog en el que ofrece mucha información sobre el tema.

Entre otras cosas interesantes, explica en su web que todos los domingos por la mañana se reunen los coleccionistas de chapas en la Plaza Real de Barcelona, para poder intercambiar piezas e información.

Además de esos encuentros, Eduardo está en contacto con otros muchos coleccionistas gracias al CELCE, Club Español de Coleccionismo Cervecero, al que pertenece. Este Club organiza muchas actividades y edita su propia revista, repleta de artículos interesantes escritos por sus socios.

A pesar de su intento de centrarse en una única colección, nuestro coleccionista no ha sabido resistirse a otros dos temas que le gustan mucho: Marilyn Monroe y las guías de ciudades. Esperamos poder verlas algún día en Procoleccionismo (a las guías y a Marilyn).

Así pues, es esta una colección con sabor y color que se puede degustar sin moderación, porque esta cerveza: ¡no se sube a la cabeza!