domingo, 29 de noviembre de 2015

Una colección de sobres de café descafeinado

Tomando café
descafeinado


Jesús Vitoria, familiarmente Yosu, es bilbaíno y coleccionista de sobres individuales de café descafeinado en formato normal y estrecho o, también de tubito. Intenta coleccionarlos llenos, principalmente porque considera que de ese modo su colección es más completa y también porque los usados suelen estar muy defectuosos, ya que hay que romperlos para utilizarlos. Los vacíos los guarda hasta que consigue sustituirlos por otros llenos.
Yosu nos cuenta  que empezó con su colección hace unos quince años, pero pasó un tiempo en el que la tuvo bastante desatendida, porque todavía no conocía a ningún otro coleccionista con quien intercambiar y era complicado conseguir sobres nuevos. 
La verdad es que tampoco podía imaginar que hubiera tanta variedad, es más, de hecho se animó a hacer está colección pensando que era cosa sencilla, pero el tiempo le ha demostrado que no es así. Al principio, pensó que era algo relacionado exclusivamente con Nescafé, pero ahora, además de los 200 sobres diferentes de esa marca, 18 de ellos del País Vasco, posee productos de muchas otras razones comerciales.
Pero, ¿todo el mundo sabe exactamente de lo que estamos hablando? aunque la respuesta es "claro que sí", no estará de más hacer un pequeño viaje al pasado.
El principal componente del café es la cafeína, que se ha comprobado que produce determinados efectos en el organismo humano, como la excitación o la ansiedad. Hay personas que recurren a la ingesta de café precisamente por eso (evitar el sueño, etc.) y otras para las que no son deseables esos efectos, pero a las que les gusta el café.
Para solventar este problema y conseguir que todas las personas puedan tomar café evitando la acción de la cafeína, se empezó a investigar ya en el siglo XIX el modo de excluirla. Parece ser que Goethe le pidió a su compatriota y amigo el químico Runge, que había identificado y descubierto la cafeína, si podía eliminarla del café, con el fin de evitar el prolongado insomnio que padecía. No sabemos cómo acabó el experimento, lo cierto es que fue el también alemán Ludwig Roselius quién llevó adelante los avances técnicos necesarios para materializar ese proyecto, en el año 1905. 
Y dos apuntes más: el proceso de descafeinar se efectúa siempre sobre el grano verde, antes del tostado. También hay que saber que no se elimina absolutamente la cafeína, por eso existen unos máximos autorizados que no pueden ser sobrepasados. 
Yosu hace años que ha adoptado el café descafeinado como bebida, y fue precisamente gracias a un sobre que le sirvieron en un bar, que se le ocurrió empezar esta colección. Nos cuenta que estaba de vacaciones en Asturias y le sirvieron un sobre de descafeinado que le llamó la atención (era de la marca AITONA) y, observándolo se dio cuenta que estaba hecho en el País Vasco, en Guipuzcoa concretamente. Y como él es de Bilbao, pues le hizo gracia, le pidió uno lleno al camarero y así empezó la historia de su colección.
Esta colección, por cierto, procura limitarla a los nacionales, de otros países no colecciona, salvo los que le traen los amigos o le hacen llegar otros coleccionistas. Los únicos extranjeros que intenta conseguir son los de Nescafé, los de otras marcas le gusta verlos y tenerlos, pero no está en sus planes alargar tanto la colección. Actualmente, tiene de Australia, Italia, Francia, Brasil, Vietnam, Abudabhi, Indonesia, Rusia...
La mayoría de ejemplares los consigue en bares y cafeterías, o intercambiando. Ahora también tiene oportunidad de hacer cambios con un coleccionista de Arnedo y dos de Barcelona, de Vilanova i la Geltrú y Vallbona d'Anoia, aparte del método que no falla, de pedírselos a amigos y familiares, sobre todo cuando van de viaje.. 
No sabemos cuando se empezó con la comercialización del café descafeinado en sobres individuales, lo que sí que es evidente es que este sistema ha gozado de una gran aceptación en todo el mundo y su consumo no deja de incrementarse. Eso es lo que deseamos, para que la colección de Yosu pueda también aumentarse.     


martes, 10 de noviembre de 2015

Una colección de cartas infantiles








Los colores de las cartas










Hoy queremos presentaros a un coleccionista excepcional, y no lo es porque tenga una colección importante, ni bien organizada ni siquiera documentada (aunque ya sabe contar hasta cien, ahora está aprendiendo a leer), es excepcional porque, pese a su corta edad, Juan, que así se llama nuestro coleccionista, ya ha demostrado interés por las cartas infantiles desde hace tiempo, y se ha formado sus propias ideas al respecto.
Por ejemplo, Juan nos cuenta que colecciona cartas de juegos porque le gustan los colores y los dibujos. No le importa tener que dejar una serie sin terminar por no conseguir todas las cartas de una baraja, porque lo que a él le gusta es tener cartas distintas. Se ha dado cuenta de que hay algunas "falsas" (esto yo no sé si es verdad) y otras "verdaderas". Las falsas son como las verdaderas, pero no son las verdaderas, llevan un dibujito en una esquina y quiere decir eso, que son falsas.
Con las cartas se puede aprender mucho, como los números escritos, las letras mayúsculas, etc. También se puede aprender idiomas. Por ejemplo, él tiene cartas de varios países y a veces encuentra la misma palabra en diferentes idiomas, como "básico", que en otros sitios se dice "basic", o "entrenador", que se dice "trainer" en inglés.
Con estas barajas se puede jugar a muchos juegos, unos son fáciles, pero otros no. Los que tienen muchas instrucciones son muy difíciles y no le gustan. Por eso, prefiere inventar las reglas él, lo que le permite ir cambiándolas en el transcurso de la partida y ganar más fácilmente. Y como nos dice esto como si fuera lo más natural del mundo, que lo es, nosotros no tenemos nada que objetar... 
Las cartas "repes" se pueden cambiar con otros niños, pero sus padres le dicen que tiene que estar atento con estos cambios, porque hay cartas baratas y cartas caras, y es más razonable cambiar cosas de un mismo valor, más o menos.
Hay cartas que regalan en algunos supermercados
cuando vas a comprar allí, lo malo de estas cartas es que un día, de repente, ya no las dan más y te quedas sin poder seguir la colección. 
Juan procura guarda todas sus cartas en álbumes, bien colocadas, pero el problema es que ahora solo tiene dos, aunque de muchas páginas (en uno hay 75) y, aunque pone cartas por los dos lados de las hojas, le falta espacio para colocar todas. Por eso, tiene algunas en una caja y también otras que andan sueltas. Su abuela le ha prometido una caja chula de metal grande para ponerlas todas juntas, pero de momento aún no ha llegado (la caja).
Juan nos explica que las cartas de una baraja por un lado son siempre iguales, pero por el otro cambian. También hay cartas que no brillan y otras que brillan y, según como se ponen, hacen rayos de luz.
Las barajas de las que tiene mayor representación son, sin lugar a dudas, las de Pokemon. En ellas hay varios personajes y temas, entre los primeros Juan menciona a Simipour, Vanillite, Basculín, Pikachu, Polarhume... (no sé en qué idioma me los está nombrando...). Las cartas de Energía (fuego, agua, plantas, Hada, lucha, etc.) aunque se tengan repetidas no se cambian, porque se necesita mucha energía para salir de algunas situaciones (según él me dice). Con estas cartas pasa algo parecido a lo que ocurre con las del supermercado, que es muy difícil acabar una serie, porque cada poco tiempo sacan otras cartas nuevas y te quedas colgado con las anteriores, pero bueno, ya hemos dicho que eso para Juan no es demasiado dramático.
Ha sido un placer hablar de coleccionismo con un experto tan joven y que tiene las ideas tan claras sobre este tema. Lo dejamos escrutando sus cartas para ver en ellas el más mínimo detalle, y sus manos, con un poco de dificultad porque aún son pequeñitas, pero con mucho cuidado, porque es un buen coleccionista, sacan y ponen los naipes en las camisas de plástico, para colocarlas en el lugar que les corresponde. 
Cuando sea mayor tiene pensado coleccionar otras cosas, como Lego pero, mientras tanto, recorre mundos y espacios siderales junto a todos los seres fantásticos que aparecen en las cartas: niños aventureros, ogros, robots, animales que hablan, extraterrestres, etc. etc.  ¡Diviértete Juan!