miércoles, 26 de junio de 2013

Lotería de Colombia





Billetes que siempre hacen dichosos


 
Ernesto Arévalo, además de coleccionar etiquetas de cervezas colombianas, tiene también otro hobby: colecciona una fracción de lotería por cada sorteo jugado en todas las loterías colombianas. En algunas ocasiones serían 2 fracciones o más, ya que algunos sorteos forman un motivo, tema o figura uniendo las fracciones. Igualmente colecciona lotería mundial, sin embargo, está más volcado en la lotería de su país, pues son billetes más fáciles de conseguir y no hay que gastar mucho dinero. De todos modos, reconoce que muchas de las loterías extranjeras son más llamativas que las colombianas, ya que algunos países emiten determinadas series que son verdaderas obras de arte.
Lo que más aprecia Ernesto en estos boletos,  son los diseños, colores y por supuesto la temática que se maneja. Por cierto, que hablando de los temas que más se repiten, Ernesto nos dice que actualmente en las loterías modernas, muchas veces ya no se recurre a ningún motivo especial, limitándose a mostrar los premios que se ofrecen. Aunque, todavía continúa la costumbre de, en fechas o conmemoraciones especiales, utilizar la temática tradicional (Navidades, día de la madre, día del niño...).

A Ernesto le parece muy

interesante ver la evolución de cada lotería a través de los años y cómo cambia la oferta de premios a través del tiempo. También, unos simples billetes de lotería caducados, permiten conocer la cultura de un país y observar cómo van cambiando las costumbres. Un aspecto que le resulta  bastante llamativo, por ejemplo, es constatar el idioma y dialectos que se usaban antes y los actuales.

De todos modos, con humildad reconoce que él es nuevo en todo esto, y como los estudios o escritos que abordan este tema son escasos, todavía no ha podido profundizar mucho, a pesar de que le gustaría documentarse todo lo posible. En España, nos dice, sí que están muy organizados en esta afición. Ernesto ha tratado de hacer un directorio de coleccionistas de lotería colombiana en su blog, con el fin de compartir información y material coleccionable. Y antes  de que se nos olvide decirlo, su blog se llama Colección de loterías colombianas y os lo recomendamos.
El juego de la lotería es el más antiguo de los juegos de azar en Colombia y se remonta al Virreinato de Nueva Granada. El primer sorteo oficial parece ser que tuvo lugar en 1801, organizado por el Cabildo Municipal de Santa Fe de Bogotá, siendo el importe del primer premio de 1000 pesos. En 1923 una ley estatal estableció que serían los Departamentos los que disfrutarían del monopolio de la explotación de las loterías y que las recaudaciones estarían dedicadas exclusivamente a la asistencia social.
Ernesto comenzó su colección en el año 2011. Su esposa le regaló 4 fracciones de la Lotería de Cauca de varios años atrás y él se los guardó porque le parecían bonitos. Más para adelante, al examinarlos con detenimiento, intuyó que podía ser una bonita colección y se propuso buscar más.
Estas 4 fracciones que le regaló su mujer figuran entre sus piezas favoritas porque son del Cauca, el departamento donde él nació, creció y habita todavía. Además, tienen un diseño especial, pues lucen como motivo algunos lugares de referencia de la ciudad de Popayán, que es la capital del Departamento del Cauca.  No en vano, de los Departamentos que mayor representación tiene son de las Loterías del citado Cauca y del Valle.
Para conseguir nuevas piezas, para la colección, cuenta con la colaboración de dos de sus tíos que le regalan las loterías no premiadas, que prácticamente son todas las que compran, ya que las probabilidades de que les toque el premio Gordo o los secos son muy pocas.
Además, cuenta con la ayuda desinteresada de personas de Colombia y de todo el mundo que le hacen frecuentes donaciones. Sin olvidar las que él mismo adquiere gracias a los intercambios con otro coleccionista colombiano.
Guarda sus billetes de lotería en fundas plásticas y como no tienen divisiones, lo que hace es sellarlas con un aparato eléctrico, de modo que puede observarse el billete por los dos lados, ya que algunas veces traen información  importante en el dorso.
Pues nada, podéis tentar a la suerte en Colombia y, si no os toca ningún premio, acordaros de Ernesto, que aceptará gustoso el billete desafortunado. Y si le queréis enviar alguno de los "agraciados", pues no creo que ponga ningún inconveniente, al contrario...






miércoles, 19 de junio de 2013

Una colección de exlibris




De entre las colecciones, ésta pertenece a... 

... Pedro Novella, coleccionista de exlibris y, muy particularmente, de exlibris de Triadó. Su colección procede de la casa EDICIONES ARTISTICAS Y CIENTIFICAS LEONCIO DE MIGUEL, antigua imprenta madrileña actualmente desaparecida. Los ejemplares de exlibris formaban parte de lo que podría llamarse su archivo de imágenes; es decir, que se utilizaban para copiar motivos que ilustraban los trabajos de la imprenta o en alguna ocasión, para reproducirlos íntegramente. Leoncio Miguel, el editor madrileño a quien perteneció esta colección de exlibris, era el administrador de la revista "Pequeñas monografías de Arte" publicada entre los años 1907 y 1912 (40 números) en Madrid, aunque algunos fascículos sueltos se tiraron en las prensas de Joan Oliva de Vilanova i la Geltrú. Uno de estos fascículos sueltos, sin número ni fecha, firmado por Rafael Domenech, catedrático de la Escuela de Bellas Artes de Madrid, está dedicado íntegramente a José Triadó, con varias reproducciones de sus exlibris.
Según la definición del Diccionario Ilustrado de la Lengua Española de la Real Academia Española, Madrid, 1927, la expresión latina ex libris significa "cédula que se pega en el reverso de la tapa de los libros en la cual consta el nombre del dueño o el de la biblioteca a que pertenece el libro. No varía en pl.". Un exlibris es, pues, una marca de propiedad.
Hay cuatro elementos que caracterizan a un exlibris, aunque a veces se omite alguno de ellos:
- La expresión latina "ex libris", que sigifica "de entre los libros".
- El nombre del propietario del libro, ya sea un particular o una institución, que puede aparecer en latín en genitivo (caso noren en Euskara). En ocasiones se emplean expresiones que indican propiedad: "Me soy de Juan Campoy", "Pertenezco a la librería de...", "Soy de la biblioteca del profesor Joseph Triadó Mayol". - Un lema o leyenda, tal como se usa en los emblemas o en los blasones.- Un dibujo, a veces simbólico, con significado relacionado con la profesión, aficiones, creencias religiosas, ideas políticas, etc. del propietario.
El origen de los exlibris, en el sentido en el que la Real Academia define el término, hay que fijarlo a partir de la invención de la imprenta. Anteriormente consistían en una anotación manuscrita. En España se considera el más antiguo el perteneciente al Rey Fruela (756-768) del Reino de Asturias.
Los primeros exlibris propiamente dichos,  pertenecian a las bibliotecas de las familias nobles y solían ser heráldicos (XVI-XVII). A partir del XVIII se recurría para su ornamentación a la alegoría, la mitología y el dibujo simbólico. Fue a partir de finales del XIX cuando se produjo su mayor desarrollo y difusión, gracias al artículo que escribió el doctor Thebussem (Mariano Pardo de Figueroa) en la Ilustración Española y Americana, dedicado a los exlibris. En la década de los noventa del XIX, iniciaron la producción de exlibris Ramón Casals y Vernis y Alexandre Riquer. Ambos artistas agruparon sus exlibris en sendos volúmenes: Los cent primers ex libris escullits de R. Casals y Vernis y Exlibris d'Alexandre Riquer, impreso en 1903, en el que recogen 63 ejemplares. Un año antes Ramón Miquel y Planas había fundado la Asociación de Exlibristas Ibéricos que llegó a publicar cuatro volúmenes de la Revista Ibérica de Exlibris, realizados con una perfección y una riqueza de medios extraordinarios. La moda del exlibris puede decirse que comenzó en Cataluña. Junto a los dos artistas citados apareció un buen número de exlibristas entre los cuales destacan Joaquín Renart y Josep Triadó. Casals y Riquer, junto a Renart y Triadó, pueden considerarse los mejores exlibristas catalanes.
En la creación de exlibris de finales del XIX y principios del siglo XX, se aprecia una marcada influencia del Modernismo.
Sobre Josep Triadó, nos explica Pedro, nació en Barcelona el 11 de Febrero de 1870. Terminado el bachillerato, ingresó en la Escuela de Arte y Oficios Artísticos y Bellas Artes de Barcelona. Al acabar los estudios de Pintura en el curso 90-91, obtuvo una Beca de la Diputación para ir a Madrid. En el 91 presentó en la Exposición celebrada en esta capital los primeros exlibris que hizo, siendo muy admirados. Destacó como dibujante, pintor y en las artes relacionadas con el libro, siendo Director Artístico de la Revista Gráfica del Instituto Catalán de las Artes del Libro. También fue Director de la Escuela de Arte y Oficios donde habia estudiado.
Pedro nos dice que a él le gustan mucho los exlibris de personajes alaveses, pero que son extremadamente raros. Sin embargo, de Cataluña y País Vasco tiene una abundante representación. Y lo que le atrae de todos ellos, es la simbología de las imágenes y las técnicas de impresión. Por cierto, que además de los exlibris de Triadó, nuestro coleccionista está interesado en otras marcas de propiedad de los libros: dedicatorias, marcas de troquel, manuscritas, estampilladas. También guarda exlibris de  algunos amigos.
Por lo que se refiere a las técnicas de impresión cabe destacar que pueden ser muy variadas, desde las de grabado o estampación relacionadas con las artes del libro (como la xilografía, calcografía) a la litografía, serigrafía, fotograbado... Actualmente también se hace el diseño y la impresión por ordenador o la reproducción fotográfica. Además, existen los sellos de caucho en seco y estampaciones a relieve.
Un tema recurrente en los exlibris en la Mitología clásica y las alegorías relativas a la profesión del propietario de la marca. No faltan tampoco alusiones al mundo del libro y de las bibliotecas.
Como no podía ser de otra manera, Pedro también tiene su exlibris, mejor dicho, sus dos exlibris, que han sido realizados por pintores conocidos: un aguafuerte de Mintxo Cemillán y un dibujo a tres colores de Juan Espallardo. Y, en ambos exlibris se pone de manifiesto una de sus aficiones: los relojes de sol canónicos.

miércoles, 12 de junio de 2013

Lote nº 100 de imágenes de casas construídas sobre la vía pública o pasajes



Foto nº 600: Jarque de Moncayo (Zaragoza). Bernat Vidal

Foto 601: Tudela. Jesús Monreal
Foto nº 602: Sarlat (Francia). J. Murciano y L. Ruiz

Foto nº 603: Durango  Bernat Vidal

Foto nº 604: Arnés (Tarragona). Pilar Vidal

Foto nº 605: Sarlat (Francia). J. Murciano y L. Ruiz

LOTE Nº 100 y las cuentas no salen... Si la última foto que hemos colgado hoy lleva el nº 605, quiere decir ¡que hay un lote fantasma!
Calculemos: hemos llegado a los 100 lotes, que por 6 fotos el lote serían = 600 fotos. Sin embargo, tenemos 605. Si fueran 606 fotos, divididas por 100 lotes, daría la cantidad de 6,06, que multiplicado por 100 resultaría 606, lo que querría decir que, restando los 100 lotes numerados, tendríamos la cifra de seis fotos sin contabilizar, pero no nos olvidemos que estamos hablando de 605 fotos, no de 606, por lo que son 5 fotos desaparecidas. ¿Es eso importante? pues según cómo se mire. Nosotros, sinceramente, creemos que no, que aunque haya algún error, lo verdaderamente importante es que muchos de vosotros nos ayudáis en esta colección mandándonos unas fotos preciosas, lo que, además de permitirnos conocer edificios muy singulares nos ayuda a descubrir a personas estupendas.
¡GRACIAS!



miércoles, 5 de junio de 2013

Una colección de máquinas de coser miniatura



PUNTO SEGUIDO




Alberto Sanna colecciona candiles y también miniaturas de máquinas de coser. Reconoce que lo que más le gusta de estos pequeños artilugios es su aspecto, es decir, el elemento estético y, la verdad,  no está muy interesado por documentarse sobre el tema. Empezó con esta colección el año 2006 y aunque no tiene mucha cantidad de piezas sí que tiene algunas interesantes.
Desde luego, todo el mundo sabe para qué sirve una máquina de coser, pero lo que es más complicado es saber quién la invento. Y es que con esto pasa lo mismo que con casi todos los inventos, que según la fuente consultada se los atribuyen a uno u otro. Así pues, para no errar demasiado, mencionaremos sólo algunos datos.
 En el siglo XVIII hubo varias personas que trabajaron en este asunto: un alemán, un austriaco, dos americanos, un inglés... El francés Barthélemy Thimonnier patentó en 1830 una máquina construida toda ella en madera que conseguía hacer 200 puntos a la hora. En 1834, el americano Walter Hunt fue el primero en recurrir a la utilización de dos hilos para el cosido de la máquina y Elías Hower se dedicó a mejorar el modelo y lo patentó en 1846, aunque sus logros no tuvieron mucho éxito.
En 1851 Isaac Merrit Singer le compró los derechos de la patente y empezó a producirlas y comercializarlas con pleno éxito. Fue él quien obtuvo en 1855 el Primer Premio en la Exposición Universal de París. El uso de los pedales fue patentado por Pierrer Cobet en 1868, vendiendo posteriormente sus derechos a la familia Peugeot. A Benjamin Peugeot se le concedió la Legión de Honor en la Exposición de París de 1878.
Por lo que se refiere a España, se considera que el pionero fue el industrial catalán Miquel Escuder Castella, que obtuvo el primer premio en la Exposición Universal de Chicago el año 1893. Entre los fabricantes cabe destacar a la empresa Alfa. Creada el año 1920 para dedicarse a la fabricación de armamento, llegado el año 1925 cambió su actividad para atender el emergente sector de las máquinas de coser.
Para resumir, podemos decir que las primeras máquinas de coser funcionaban girando una manivela, después se le incorporó unos pedales y últimamente se las dotó de un motor eléctrico.   
En la colección de Alberto, la mayoría de piezas son españolas, aunque tiene algunas con reloj que son de USA y Japón.
Nos cuenta que las tiene de diferentes materiales, aunque la mayoría son de madera y metal, pero también las hay de porcelana, cristal, metacrilato y plata. Las consigue en bazares, ferias y por internet. Y como habrán imaginado nuestros lectores, no son piezas fáciles de intercambiar.