miércoles, 29 de junio de 2011

Una colección de sobres de azúcar



Con un poco de azúcar...














Manuel Jesús colecciona sobres de azúcar desde el año 1995, aunque no fue hasta el 2000 cuando empezó a dedicarse más en serio a ella. La razón que le empujó a hacer este colección fue la siguiente: resulta que, por motivos profesionales, comía muchas veces fuera de su casa, y pensó que si se guardarba los sobres de azúcar (muchas veces con el nombre del restaurante y la dirección) le ayudarían a recordar los lugares donde había estado. Y, otra buena razón que le ayudó a decidirse a hacer esta colección, es que resulta barata. Actualmente tiene unos 10.000 azucarillos de todo el mundo, y lo que más aprecia en ellos es su diseño.
Ya sabemos todos qué es el azúcar pero, lo que quizás no conocemos tan bien, es desde cuándo se utilizan los envases individuales que hoy día se ofrecen en los establecimientos de hostelería. Porque, aunque actualmente nos parece lo más normal que te sirvan el café con el sobre de azúcar al lado, esto es un invento bastante moderno.
Y es que, no hace tantos años (40 ó 50), en las cafeterías y bares te ofrecían un azucarero "normal" junto a las bebidas que requerían azúcar. Más tarde se fue perfeccionando el servicio y, por cuestión de higiene, se solía poner un azucarero con dosificador. También se ofrecían terrones, que se servían en un azucarero o directamente al lado de cada taza. En la actualidad, raro es el lugar donde no se acompañen el café y las infusiones con un sobre de azúcar.

Por cierto, hay que señalar que antes se conocían con el nombre de cortadillos o cuadradillos los prismas rectangulares de azúcar granulado, para los que actualmente se utiliza el término "terrón". Por otra parte, la denominación "azucarillo", que ahora es el nombre que se le da en muchos lugares a los sobres de azúcar individuales, también tenía antiguamente otro significado, pues con ese término se hacía referencia a una masa seca, hecha con almibar y clara de huevo, que servía para endulzar el agua o para tomarse como golosina.
Se atribuye al francés Eugène François, que tenía una tienda de ultramarinos, la invención de la primera máquina de hacer terrones, en el año 1854. Hasta esa fecha el azúcar llegaba a las tiendas en forma de torta y se tenía que partir en trozos pequeños, de una forma muy rudimentaria, para servirlo a los clientes. Por supuesto, los trozos que resultaban de esa partición eran irregulares. Eugéne François, fue perfeccionando el sistema de fragmentación consiguiendo fabricar artesanalmente terrones bastante regulares. Desde el año 1908 a 1918 la sociedad ASEPT comercializó un tipo de azúcar envasado y en el año 1928, Eusebio Constante Fuentes, de Hendaya, presentó en Francia dos modelos distintos para el embalaje individual del azúcar, que fabricó en dicha localidad la empresa "Manufacture Hygiénique de Sucre en Etui". En 1931 fue una sociedad de Estrasburgo quien puso en el mercado otro tipo de embalaje, que todavía sigue utilizándose en Alemania, Australia, Austria, Thailandia o Rusia. Se trataba de terrones que se rodeaban de una banda de papel y después se envolvía a su vez en un papel protector.

Fue en el año 1949 cuando Louis Chambon inventó un nuevo sistema para obtener terrores. En ese caso no se trataba de cortar una pieza sólida, sino de conglomerar el azúcar en polvo en trozos, sistema que se sigue utilizando en la actualidad. La presentación de saquitos individuales de azúcar suelta, comenzó a difundirse a partir de la 2ª Guerra Mundial. Actualmente, no obstante, el consumo de terrones sigue estando muy difundido en algunos países como Francia, mientras que en otros lugares se ha optado preferentemente por el sistema de sobres con el azúcar suelto, como es el caso de USA, Italia, Japón, entre otros y, por supuesto, España.

Desde un primer momento, se aprovechó la superficie de los pequeños sobres para transmitir algun mensaje comercial. Se empezó haciendo publicidad de las propias azucareras, pasando después a inserir anuncios de las torrefactoras, restaurantes, así como de promociones turísticas, eventos deportivos, etc. También lucen motivos que brindan, simplemente, una distracción, ya sean series de artistas, de monumentos, etc. o frases célebres, chistes y una infinidad de temas.
Este tipo de coleccionismo se denomina en español Glucofilia, nombre compuesto a partir de los términos glucos (azúcar) y filia (afición). En francés se llama Glycophilie, en italiano Glicofilia, etc.

Manuel Jesús tiene una estupenda web "Mis azucarillos"en la que muestra su colección. Además de un inventario detallado donde aparecen todos sus ejemplares por orden de catalogación, la colección se presenta dividida en varias secciones, para facilitar su consulta. Así, encontramos los apartados: Frases célebres, Arte y Cultura, Deportes, Diseño, Personajes Célebres, Navidad, Naturaleza, Transporte, Large teck. Café, Series Personales, Varios y Lugares. Cuenta también con una lista de enlaces a las páginas de otros coleccionistas.
Manuel Jesús guarda algunos sobres en unas fundas especiales que compra y otros los clasifica en unas hojas que él mismo diseña.

Para conseguir nuevas piezas para la colección, cuenta con una red de amigos y familiares que se acuerdan siempre de traerle algun ejemplar cuando van de viaje. También recurre al intercambio con otros coleccionistas, ya que está en contacto con bastantes de ellos.

Todos sus azucarillos son especiales para él, pero si tuviera que resaltar alguno quizá mencionaría una serie especial que editó la revista "el Jueves" y que le trae muy buenos recuerdos, porque hubo una época en la que leía bastante esa revista.
Los sobres los guarda vacíos pues dicen que el azúcar se estropea.


Y, excepcionalmente, además de la colección de Manuel Jesús comentaremos también, brevemente, la de Graciela Carballo. Ella nos la había dado a conocer hace un tiempo pero, por motivos "técnicos", no disponemos de fotografías. Así, pues, con las imágenes de la colección de Manuel Jesús (salvo la foto de la coleccionista) pasamos a presentaros a Graciela.
Ella es una coleccionista argentina. Empezó a coleccionar sobres de azúcar hace más de 35 años, aunque hubo un período de su vida, cuando sus tres hijos eran pequeños, en el que no pudo dedicar mucha atención a la colección. En realidad, al principio se limitaba a almacenar los sobres que le gustaban, pero cuando advirtió que ya tenía una buena cantidad, empezó a clasificarlos. Se decidió por los sobres de azúcar porque le llamaban mucho la atención las imágenes que suelen llevar impresas. Además de eso, a Graciela le gusta constatar la diversidad de temas que lucen. Admira especialmente los que se hacen en Europa, donde se emiten series muy variadas. En Argentina suelen ser más frecuentes los nominativos, con nombres de cafeterías, fraccionadoras o simplemente publicidad.

Actualmente Graciela tiene 6620 sobrecitos de 57 países de los cinco continentes. El manejar una cantidad así de importante, implica tener que organizarse bien. Cuando comenzó los guardaba simplemente en cajas, pero después consiguió folios porta-tarjetas personales donde quedan muy bien y lucen mucho más.

Los tiene catalogados en carpetas separadas por continentes y dentro de cada continente se encuentran los países por orden alfabético. Dentro de esta clasificación aún los subdivide por temas (flores, autos reproducciones de cuadros, etc.).

Aunque le gustan todas sus piezas hay algún ejemplar con un valor sentimental añadido. Este es el caso de dos sobres que tiene de Polonia. Se los trajo una señora que había sido amiga de infancia de Juan Pablo II, y que viajó a su tierra para participar en la primera misa que Su Santidad celebró en Cracovia cuando fue elegido Papa.

Para incrementar la colección cuenta con su familia, amigos y compañeros de la asociación Amigos Coleccionistas de La Plata, a la que pertenece desde sus comienzos. Se trata de un grupo de coleccionistas muy dinámicos que no se dedican sólo a hablar de sus colecciones entre ellos, sino que participan y organizan muchos eventos con el fin de promocionar el coleccionismo y colaborar en proyectos solidarios. En la colección de Graciela los países más representadas son, además de Argentina, España, Italia, Francia y Portugal, en este orden.





miércoles, 22 de junio de 2011

Lote nº 69 de imágenes de casas construídas sobre la vía pública o pasajes

Foto nº 409: Tembleque (Toledo). Angel Pérez Avellaneda



Foto nº 410: La Puebla de Castro (Huesca). Mari Carmen Carrera



Foto nº 411: Collonges la Rouge (Francia). Celedonio García






Foto nº 412: Martel (Francia). Celedonio García



Foto nº 413: Abizanda (Huesca). Jesús Cardiel





Foto nº 414: Collonges la Rouge (Francia). Celedonio García








Si queréis enviarnos alguna foto podéis hacerlo a:



¡Gracias!






miércoles, 15 de junio de 2011

Una colección de "faves"




¡SORPRESA!

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Cinta Mir Pla es una coleccionista catalana que colecciona las habas y figuritas que se encuentran dentro de algunos pasteles. Para ser más exactos, los dulces en los que se esconden estas sorpresas suelen ser roscos o roscones, que en Cataluña se llaman "tortells". Como la tradición más extendida es la de tomarlos el día de la Epifanía, 6 de enero (aunque también existen otras festividades en las que se comen), se conocen como "tortells de Reis". Antiguamente se solía colocar solamente un haba, pero ahora, en muchos lugares, se acostumbra a poner en el rosco además del haba (que antes era una de verdad, seca, pero ahora suele ser de porcelana) la figurita de un rey. El que encuentra el haba tiene que pagar el "tortell" y el que encuentra la figura del rey es coronado rey, y se tiene que adornar con una corona de cartón dorada que ofrecen en las pastelerías al comprar el rosco.

La tradición del rosco de Reyes está muy extendida en muchos lugares de España, aunque parece que tiene su origen en Francia. La popular "galette des rois" que se come en Francia, Bélgica y Suiza, acompañada del haba escondida dentro del dulce, se remonta al siglo XIV, aunque el hecho de añadir una figurita de porcelana, se considera que es una costumbre que comenzó a popularizarse en el siglo XIX. Habitualmente se da por cierto que las primeras figuritas de porcelana para roscones se produjeron en Alemania en 1874. Esta tradición de los roscos con las faves sorpresa es tan propular en Francia que hay muchas anécdotas y referencias históricas sobre el tema. Se cuenta, por ejemplo, la protagonizada por el monarca francés Luis XIV, cuando, siendo todavía niño e imaginando que él iba a encontrar el haba, dijo "Seré dos veces rey".
Además de los roscos de reyes también se comen roscos con figurita escondida en otras fiestas, como la de San Antonio (17 de enero) y San Cristobal (10 de julio), y en esas
ocasiones se suelen utilizar figuras más acordes con la festividad que se celebra, como animales (San Antón es su patrón) o coches u otros vehículos (el día de San Cristobal, patrón de los conductores).

Cinta empezó con esta colección hace unos cuatro o cinco años, aproximadamente. Nos explica que, como en su familia siempre había algún niño pequeño, cuando se reunían para comer el tortell o rosco de Reyes lo normal era que la figura de regalo se la quedara el niño, lo que significaba que acababa perdiéndose. Después, al hacerse mayores los niños de la familia, ya no había destinatario obligado para la figurita y entonces lo normal era que se la quedara el que la encontraba, que no siempre estaba entusiasmado por el hallazgo y muchas veces acababa dejándolo, más o menos disimuladamente, encima de la mesa. Eso suponía que las figuritas acabaran por algún cajón, porque son cosas que habitualmente nadie piensa en tirar. Un día Cinta, cuando ya pertenecía a la Asociación de Coleccionistas de Corbera de Llobregat, hablando con su presidente le comentó que tenía unas cuantas figuritas guardadas y él le animó a empezar a coleccionarlas. Ahora ya ha conseguido reunir una buena cantidad.




Tiene de varios paises europeos principalmente de Francia, y también cuenta con una buena representación de Méjico y Argentina. El material en el que están hechas es muy variado, pues las hay de porcelana, pero también de plástico y resina. Habitualmente se les da el nombre de habas o faves (en catalán) a todas ellas, independientemente de la figura que representen.
Para el rosco de Reyes, además de las que ya hemos mencionado, con forma de Reyes Magos, es muy común encontrar también las figuras del Belén, aunque las hay además con todo tipo de formas: corazones, muñecas y demás juguetes, hasta últimamente se encuentran figuritas de dibujos animados infantiles.

Cinta sabe que existen coleccionistas de faves pero todavía no ha podido contactar con ninguno, pero le encantaría hacerlo para poder intercambiar las piezas repetidas. Estamos seguros que no tardará en conocer alguno porque los coleccionistas de faves son bastante populares en muchos países. Por cierto, que el nombre que se les da es el de fabófilos.

Nuestra coleccionista guarda todo su tesoro en una estantería hecha especialmente para tan diminutos personajes. Esa es otra de las ventajas de esta colección, además de original y barata ocupa poco espacio.

Y terminamos con una estrofa de una canción infantil francesa, que pone el ambiente adecuado a esta colección:

"La galette est préparée, cuite à point et bien dorée/Près de la table dressée les enfants son là/Qui sera la reine?/Qui sera le roi?/Est-ce toi?/Est-ce moi?/La galette est partagée, les convives désignés/Mais la fève est bien cachée!/ Qui la trouvera??






domingo, 12 de junio de 2011

¡GRACIAS!




En Procoleccionismo hemos llegado a las 300.000 visitas. Hasta este momento os hemos presentado más de 130 colecciones diferentes y, a partir de ahora, confiamos en seguir interesándoos con otras muchas, porque nos gustaría seguir contando con vuestra compañía.



¡MIL GRACIAS POR ESTAR AHÍ!


miércoles, 8 de junio de 2011

Una colección de artículos de bombero












Fuego en el corazón
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Y decimos fuego para introducir el tema de los bomberos de una manera más gráfica, pero mejor sería que llamáramos pasión o generosidad a lo que tiene Paqui Medina en el suyo, ya que desde siempre ha sentido la vocación de ayudar a los demás. Ahora ha podido hacer realidad esa disposición suya y trabaja como bombero en Cádiz. Y esa pasión por la profesión que ha elegido la ha transferido también a todos aquellos objetos y artículos relacionados con este tema. Es por eso que colecciona parches, sellos, uniformes, postales, instrumentos, etc. todo lo relacionado con bomberos. Pero, antes de conocer los objetos de la colección, queremos presentar a la coleccionista.

Paqui nos cuenta que tenía tan claro desde niña que quería ejercer la profesión de bombero, que a los 14 años se fue al parque de bomberos de su pueblo a preguntar que es lo que tenía que hacer para dedicarse a esa profesión. Y a partir de allí empezó su andadura: se hizo voluntaria a los 18 años, a los 21 se sacó el carnet de camiones y finalmente, el año 2003, consiguió la plaza después de aprobar las oposiciones. Ahora disfruta de su trabajo y su sueño se ha hecho realidad: ya es bombera.
Por lo que se refiere a la colección, nos cuenta Paqui que ha ido tomando forma poco a poco. Ya antes de ser bombera había empezado a coleccionar parches o escudos. Para conseguirlos escribía a todos los parques de bomberos de España, con el fin de intercambiar. También encontraba direcciones de otros coleccionistas en las revistas especializadas. Este sistema de contacto le ha permitido no solamente ampliar la colección de parches, sino hacer muchos y muy buenos amigos. Los parches o escudos se llevan en la ropa y tienen como función identificar a los bomberos, señalando el servicio al que pertenecen. Por aquél tiempo también se dedicó a recortar las noticias de bomberos que encontraba en periódicos y revistas y así comenzó a formar su hemeroteca personal. La noticia más antigua que tiene data de 1979.
Y, a la vez que coleccionaba revistas y parches, Paqui empezó a interesarse por llaveros, pins, insignias, placas, sellos, cascos, herramientas de trabajo, etc. Aunque la mayoría de las piezas las ha conseguido intercambiando o gracias a donaciones de compañeros, otras ha tenido que comprarlas, como la colección de camiones de bomberos y los bomberitos de plomo. Actualmente tiene casi 3.300 artículos variados de bomberos de todo el mundo. Aunque los dos puntos fuertes de la colección puede decirse que son los parches y los uniformes.
El nombre de bombero tiene su origen en las bombas hidráulicas que se utilizaban para extraer agua de pozos, ríos o cualquier depósito próximo al lugar donde se necesitaba apagar el incendio. Se dice que ya en el antiguo Egipto existían ese tipo de bombas, aunque parece ser que fueron los romanos los que perfeccionaron el sistema. Por cierto, que se tiene constancia de la creación en el siglo I a. C. de un grupo de 600 esclavos encargados de apagar los incendios que con tanta frecuencia se declaraban en Roma. Posteriormente se organizó un grupo de personas, a las que se les dio el nombre de vigili, que recibían un salario.

La profesión de bombero suele ser de titularidad pública, y puede desempeñarse en calidad de asalariado o en regimen de voluntariado, aunque también hay bomberos privados. En el primer caso, suelen depender de los Ayuntamientos, Provincias, Diputaciones o incluso aeropuertos. Su función no es sólo la prevención, control y extinción de incendios, sino que también abarca otros muchos campos. Por ejemplo, se ocupan de solucionar los incidentes con materiales peligrosos, salvar a personas en situaciones de emergencia como en inundaciones y riadas, rescatar animales en peligro, etc.
Parece ser que el primer Cuerpo de Bomberos que se creo en España fue el de Valladolid, por una Real Cédula emitida el año 1515, firmada por Juana la Loca. Estaba compuesto por 30 moriscos carpinteros que tenían como misión "venir con sus herramientas a matar y atajar los fuegos que se encendieran en esta ciudad". Los primeros grupos de bomberos que se formaron comprendían obreros pertenecientes a diferentes gremios (albañiles, aguadores, etc.), pero entre ellos se consideraba a los carpinteros los más cualificados. En 1568 Felipe II otorgó las escrituras para la creación del Cuerpo de Matafuegos de Madrid.

El fuego, que tantos beneficios reporta a la humanidad, también ha sido causa de grandes tragedias y para combatirlo nunca han faltado hombres, voluntarios y profesionales, dispuestos a poner en peligro sus vidas. Hay que resaltar que la profesión de bombero es una de las que goza de mayor reconocimiento popular.

La evolución técnica de los materiales que se utilizan en la extinción de incendios han aportado seguridad y eficacia a su trabajo. Por citar algunas de estas mejoras, recordemos que la primera manguera contra incendios fue creada por el holandés Jan Van der Heiden en 1672 y era de cuero. Estas mangueras se utilizaron hasta que fueron reemplazadas por las que estaban forradas de caucho, que empezaron a usarse en 1871. Las escaleras aéreas manuales dieron paso a las escaleras aéreas motorizadas y los simples carros donde se transportaba el material necesario para apagar un fuego, dieron paso a los modernos vehículos actuales, helicópteros, etc. Estudiar el material utilizado por los bomberos es constatar los cambios e inventos experimentados en la sociedad: extintores, equipos de ventilación, trajes ignífugos, cascos y un largo etc. muestran los avances de la tecnología.
Paqui tiene la suerte de disponer de un buen espacio en su casa para poder exponer su colección, es un semisótano de 110 mts. donde lucen sus tesoros en vitrinas y librerías. Muchos compañeros suyos además de los obsequios que le ofrecen le ceden piezas especiales para poder mostrarlas allí. No es el único lugar donde puede dar a conocer todo lo que ha recopilado, pues ya ha tenido ocasión de hacer dos exposiciones en el Tóvoli de Benalmádena, con motivo del día nacional del Bombero. La primera fue en el 2009 y la segunda al año siguientede y, aunque estaba prevista una tercera este año no pudo organizarse pero hay proyectos para poder repetir la experiencia.

A la hora de designar las piezas favoritas Paqui nos dice que aunque todas ellas son especiales, si tuviera que destacar alguna quizás sería un parche de Bomberos de Sevilla de tela y bronce de principios del siglo XX, una placa de plata de 1950 que le regaló un amigo-compañero de Bomberos de Jerez y un gallet de juguete que le ofreció un buen amigo cuando nació su hijo.

De todos modos, nos explica que el valor que se le da a cada artículo depende mucho de la dificultad que se ha encontrado para obtenerlo.

Paqui tiene una estupenda web donde se puede admirar su colección, obtener información sobre el tema y estar al corriente de las piezas que tiene repetidas, para posibles cambios.

A nosotros sólo nos resta desearle mucha suerte en su trabajo y que no se le acabe nunca esa pasión que siente por su profesión.










miércoles, 1 de junio de 2011

Lote nº 68 de imágenes de casas construídas sobre la vía pública o pasajes

Foto nº 403: Charo (Huesca). Mari Carmen Carrera



Foto nº 404: Tomelloso (Ciudad Real). Angel Pérez Avellaneda



Foto nº 405: Collonges la Rouge (Francia). Celedonio García



Foto nº 406: Camporrotuno (Huesca). Jesús Cardiel






Foto nº 407: Sarrión (Teruel). Celedonio García




Foto nº 408: Castejón de Sobrarbe (Huesca). Jesús Cardiel




Si queréis enviarnos alguna foto podéis hacerlo a:
mjfuster20@yahoo.es
¡Gracias!